CREACIÓN DEL DEPARTAMENTO DE TARIJA

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Ley de 24 de septiembre de 1831

ELÍAS VACAFLOR DORAKIS

TARIJA – BOLIVIA

2023

A MANERA DE PRÓLOGO

El sábado 6 de agosto de 1825 los 48 diputados de las cuatro Provincias del Alto Perú, sacudieron el mapa político de la América del Sur: nació la República “Bolívar” con cinco Departamentos: Chuquisaca, Santa Cruz, Cochabamba, La Paz y Potosí.

La Asamblea Constituyente había iniciado sus deliberaciones el 10 de julio de 1825 con 39 Diputados en la Ciudad de Chuquisaca. En definitiva, fueron 48 los Diputados que rubricaron el Acta de la Independencia del Alto Perú y aprobaron el nacimiento de la República “Bolívar”. Los tres Diputados tarijeños: Baltazar de Arce, Joaquín de Tejerina y Mariano de Ruiloba no fueron aceptados bajo el argumento que Tarija no había renunciado por escrito a las Provincias del Río de la Plata. El 6 de octubre de 1825 se declaró disuelta la Asamblea.

Habían transcurrido apenas siete días desde que nació la república, y la respuesta brindada por la Asamblea es desconcertante para los tarijeños. Ante ello, los Cabildantes, promotores y testigos del acto eleccionario del 6 de junio, deciden remitir una nota a la Presidencia de la Asamblea. Parte del texto, que tiene la fecha del 13 de agosto de 1825, es el siguiente:

El Cabildo, Justicia y Regimiento de la Provincia de Tarija

A la Soberana Asamblea del Alto Perú

La Provincia de Tarija, desde la gloriosa recuperación de la Libertad Americana, se decidió agregarse y pertenecer a la del Alto Perú, y al efecto de examinar imparcialmente el voto general de ésta, se reunió toda por medio de sus Representantes, quienes unánimemente dijeron y proclamaron ser su voluntad agregarse y pertenecer a las Provincias del Alto Perú, como aparece de la acta celebrada el día 6 de junio del presente año, cuya copia autorizada acompaña ésta Municipalidad, por la que en inteligencia de pertenecer al Alto Perú nombraron sus Diputados para esa Asamblea General.

De todo esto se tiene dado aviso oficial diversas veces a las Superioridades por el conducto inmediato del Señor Jefe de Estado Mayor General, Comandante General de la Columna del Sud Francisco B. O’Connor, y hasta ahora no ha habido contestación, por cuyo motivo se hallan paralizados los dichos Diputados para su marcha.

Por lo visto, para un bando y el otro, la situación es cada día más grave y difícil de atender. De parte de las provincias del Río de La Plata a través del Gobernador de Salta, que está debidamente informado por sus colaboradores y gente tarijeña opuesta a las intenciones secesionistas, hace un intento de poner fin a las acciones del grupo bolivianista. Para ello, emitió un Bando, que dice:

Juan Antonio Álvarez de Arenales, General de las Provincias de la Unión, Mariscal de Campo del Estado de Chile, Oficial de Honor de la Legión del mismo, Gran Mariscal del Perú, Gobernador y Capitán General de la Provincia de Salta, et., etc.

Deseando poner término a los males y abusos que desgraciadamente se observan en esta Villa por la escandalosa arbitraria, y detestable corruptela de forjar informes, certificados, o documentos arrancando firmas subrepticiamente con dolo, engaño, y acaso coartando la libertad de los más infelices e ignorantes para defraudar el mérito de los ciudadanos, arruinando sus  fortuna, y llevar adelante torcidas intenciones, y ambiciosos proyectos; En consecuencia y bajo tas  penas arbitrarias que indefectiblemente se aplicarán, se prohíben del todo semejantes procedimientos como igualmente los que se llaman Cabildos Abiertos, y todo acto y reunión popular-arbitraria que en sentido ninguno no son otra cosa que funestas asonadas, o tumultos que arrastran tras de sí el desorden, la inquietud, la guerra civil, y toda clase de males a la sociedad; y de consiguiente se encarga estrechamente la decencia, honor y delicadeza en las solicitudes que tengan que hacer, y que precisamente se sujeten a la práctica, a la ley, y a la cultura del siglo.

Es tarde, porque el posicionamiento de la corriente bolivianista está ganando espacio y adeptos.

El asunto tomó otra dirección más grave e involucró a los propios Libertadores: Bolívar y Sucre. Estos, defendiendo cada uno su posición, tendrán serias desavenencias sobre el tema de Tarija, aunque tomarán partido y defenderán sus puntos de vista y aprovecharán cada ocasión para hacerlo. En el ámbito localista, Trigo Espejo y su gente amparados por Sucre y O’Connor con sus acciones han molestado al Gobierno Argentino que, habiendo enviado a dos personalidades: Carlos de Alvear y José Miguel Díaz Vélez para que saluden al Libertador, reconozcan a la naciente república y soliciten ayuda para una inminente guerra con el Brasil, solicitan audiencia al Libertador. Después de arribo de la Legación Argentina a Potosí a inicios de octubre de 1825, el Libertador Simón Bolívar sostuvo cuatro reuniones privadas con ellos. En una de ellas, participó Sucre e hizo conocer su punto de vista que molestó a los argentinos.

Ante la negativa del Libertador de apoyar a la Confederación Argentina, Carlos de Alvear, el más renuente a esta situación, de manera molesta y vehemente, el 9 de octubre exigió al Libertador que devuelva Tarija a la Argentina y Bolívar manifestó que Arenales era el culpable de los problemas suscitados y se comprometió a dar una respuesta positiva a la exigencia planteada.

A partir de ese día, mes y año nació la célebre “Cuestión de Tarija” que dio origen al más antiguo y prolongado pleito de límites entre el Alto Perú (Bolivia), y las Provincias del Río de La Plata (Argentina), que recién concluyó con el Tratado Medina – Carrillo de 9 de julio de 1925. Con este tratado, Bolivia se resignó a perder partes del territorio de Tarija y su población (Chaco Central). Este fue, a nuestro entender, fruto de la desafortunada y desatinada decisión de promulgar la Ley de 9 de mayo de 1825. Las consecuencias estaban llegando.

La Legación argentina, tiene un sólo punto de vista y objetivo: Tarija, debe mantenerse en su jurisdicción. Por otro lado, Bolívar, tiene su propio punto de vista; pero muy diferente al que tiene Sucre y lo defiende. Los Libertadores, discrepan, y ello es muy grave.

Bolívar, amparado de ser Presidente de la República, decide de manera unipersonal dar rienda a sus afanes dictatoriales, pues no sometió dicha Resolución a consideración del Congreso. Mediante Orden del 6 de noviembre de 1825, dispuso la entrega de la Provincia de Tarija al Edecán argentino Ciriaco Díaz Vélez. La nota en cuestión la redactó, firmó e hizo entrega a la legación, el Secretario del Libertador. Esta arbitraria disposición, fue rechazada por el pueblo tarijeño que reunido en Cabildo Abierto, cuestionó al Teniente de Gobernador designado: Ciriaco Díaz Vélez, hijo del Dr. Miguel Díaz Vélez. A pesar de ello, Ciriaco Díaz Vélez fue posesionado y; posteriormente jugó un rol por demás polémico contra su propio Gobierno y en desmedro del nuevo Teniente de Gobernador de Tarija, el jujeño Dr. Mariano de Gordaliza. Todo ello, favorecía a la corriente bolivianista y debilitaba a la argentina.

Finalizó el año 1825 y la situación ha empeorado para la Argentina. Varias son las gestiones que hacen sus representantes para recuperar espacio y mantener a Tarija.

El 24 de marzo de 1826, el Cabildo de Tarija por instrucciones del Libertador Bolívar, hace conocer al Comisionado argentino José Miguel Díaz Vélez, lo siguiente:

“…su aceptación de volver a pertenecer a las Provincias Unidas del Río de La Plata y el reconocimiento a Ciriaco Díaz Vélez como Gobernador de Tarija bajo una sola condición: el partido de Tarija no sería parte de la Provincia de Salta, sino, una jurisdicción separada de ella…”

Como veremos más adelante, Trigo Espejo y sus adeptos están ganando la pulseada. Tienen el apoyo de otra gente importante de la Villa y: además, Sucre los apoya abiertamente. Bolívar “piensa a lo americano”, no quiere dividir el Virreinato de Buenos Aires, quiere la “Patria Grande”. Sucre “piensa a lo colombiano” no quiere Tarija dentro de la Argentina por varias razones.

Por su lado, José Miguel Díaz Vélez el 9 de abril de 1826 informa a su Gobierno, qué:

“…en Tarija se agudizaban las maquinaciones para lograr que ésta dejase de pertenecer a las Provincias del Río de La Plata y se “incorporara” a la nueva República de Bolivia, usando inclusive la fuerza para ello…”

Ha llegado la hora y es momento preciso de poner las cartas sobre la mesa sin ningún tapujo. Sucre, considera oportuno hacerlo.El 12 de abril de 1826, le dirige una nota al Libertador, diciéndole:

“…hay una ocurrencia de que aún no tengo parte oficial; parece que el hijo del Señor Díaz Vélez que fue de Gobernador a Tarija se ha declarado independendiente de Salta y erigídose en Capitán General. Si esto es así, yo aconsejaría al Congreso que recuperase a Tarija, porque de allí entrará a este país el desorden y la anarquía, y más vale hacer una guerra, si es menester, que consentir la disolución y la anarquía…”

Llegó la hora ansiada. Los dos Libertadores discrepan en torno la “Cuestión de Tarija”. Bolívar, debe ausentarse y; Sucre, quedará al mando de la República.

El 25 de mayo de 1826, se instaló en Chuquisaca el Congreso de la República de Bolivia, y nombró a Antonio José de Sucre como primera autoridad política de la República hasta el retorno de Bolívar del Perú y; al mismo tiempo, Sucre recibió el Proyecto de Constitución enviado por Bolívar desde Lima (Perú).

El mes de julio de 1826, Sucre reitera al Libertador Bolívar sus preocupaciones sobre Tarija, y le dice:

“…yo no me mezclo en los negocios de Tarija para nada, pero se va a mezclar en mis cosas de tal modo que yo no sé qué se haga aquí, cuando está metida dentro de esta República. Ya allí han ocurrido dos revoluciones y quitado y puesto dos Gobernadores; éste ejemplo tan cerca, ve Usted cuan fatal nos es…”

Definitivamente la Argentina está perdiendo Tarija. Sus autoridades deben actuar de manera vehemente. El Gobernador Arenales, toma una decisión que será lapidaria para las pretensiones de la Argentina para mantener Tarija bajo su mandato. Ese será el más grande error como máxima autoridad política de la Gobernación de Salta: ordena el apresamiento de Méndez e Ibáñez y sean conducidos a Salta y allí sometidos a la justicia.La orden se cumple el 23 de agosto de 1826 en horas de la madrugada y; ello, causó el movimiento popular más decisorio de Tarija.

De acuerdo a los documentos existentes en el Archivo Histórico de Salta, Méndez, fue sacado de su domicilio “encuerado”; es decir, “desnudo” y conducido a la cárcel en el viejo edificio del Cabildo. Ello, enfureció a los pobladores de San Lorenzo que enterados de tan grave afrenta, cientos de jinetes se trasladaron a la Capital y tomaron el Cabildo Capitular, y exigieron convocar a Cabildo Abierto.

El pueblo tarijeño, reunido en Cabildo Abierto ese sábado 26 de agosto de 1826, resolvió: renunciar por escrito a las Provincias del Río de la Plata; ratificó su decisión de pertenecer a la recién creada República de Bolivia; eligió sus Diputados ante su Congreso y; mediante voto popular y directo, eligió al Cnel. de Milicias Bernardo Trigo Espejo, como “Prefecto del Departamento” de Tarija.

Estas Resoluciones, tienen varias aristas que deben ser analizadas más allá del apasionamiento lógico.

  • Primero, el pueblo tarijeño a través de un pequeño grupo de ciudadanos que bajo su propia óptica e intereses de variada índole, tomó la más grande decisión de la vida democrática de Tarija y selló de esa manera, la línea de su historia.
  • Segundo, recordemos que Tarija a pesar del intento del 6 de junio de 1825, no había sido aceptada en el Congreso de Bolivia y; por lo tanto, no fue reconocida como entidad territorial ni poblacional de Bolivia. Entonces, la decisión de renunciar “por escrito” a través del Acta del Cabildo Abierto a las Provincias del Río de La Plata, es un hecho por demás interesante e importante porque se trató de la más grande expresión popular y democrática.
  • Tercero, exigir la reincorporación de Tarija a la república recién nacida, a través de Cabildo Abierto, refleja una decisión que ya no podía tener vuelta atrás. Se habían agotado todos los esfuerzos argentinos para evitar esa drástica decisión. De ahí la figura del Cabildo Abierto en las luchas tarijeñas.
  • Cuarto, la Elección de dos Diputados Titulares y uno suplente para que asistan al Congreso de Bolivia, fue el mecanismo democrático y legal para el fiel cumplimiento del anterior objetivo.
  • Quinto, la decisión tomada por el pueblo aglutinado en la Plaza de Armas frente al viejo Cabildo, haciendo uso de sus derechos expresados mediante voto popular y directo, y elegir al Cnel. de Milicias Bernardo Trigo Espejo, como “Prefecto del Departamento de Tarija” es por demás interesante y no debemos soslayar su análisis. Pues, el Sistema Francés fue adoptado por Bolívar para la División Político-administrativo del Estado boliviano: Departamento, Provincias y cantones y; en concordancia con ello, las máximas autoridades políticas de cada Departamento, los Prefectos.

Entonces, por qué se eligió a Trigo Espejo…? No le correspondía. Aunque hubo visos de legitimidad, es pertinente preguntarse: fue un desliz o una jugada magistral de Trigo y su gente…? No debemos olvidar que Tarija al no participar de las Asamblea del Alto Perú no fue reconocida como entidad territorial ni poblacional de Bolivia. Por lo tanto, a un año y vente días de nacida la República Bolívar, el territorio de Tarija y su población estaban en el limbo.

Las Resoluciones tomadas ese 26 de agosto no tuvieron el eco esperado en Chuquisaca, pero si en Tarija, porque habíamos roto de facto definitivamente nuestros lazos con la Argentina.

El grupo bolivianista necesitaba que el Congreso considerara y respondiera afirmativamente. No sucedió aquello. Razón por la cual, el 7 de septiembre del mismo año, nuevamente se realizó un tercer Cabildo Abierto y; a través de él, se ratificaron las determinaciones tomadas hacía doce días atrás. Sólo cambiaron los nombres de los Diputados: Cnel. Gabino Ibáñez, Tcnel. José María de Aguirre Hevia y Vaca, José Fernando de Aguirre y suplente al Dr. José Pablo Hevia y Vaca.

El mes de septiembre fue determinante para los seguidores de Trigo Espejo y Méndez Arenas. Ahora tenían más apoyo de gente cuya influencia era notoria. Las presiones fueron dirigidas al Congreso y sus Diputados bolivianos. Sólo había uno que tenía un manifiesto odio por Tarija y declarado enemigo de Sucre: Casimiro Olañeta.

Ante ese crítico cuadro de situaciones, el Congreso de Bolivia sancionó una Ley el 23 de septiembre de 1826. Partes de dicha norma, dice:

Considerando:

Que el Ministro Argentino que estuvo en esta Capital, se negó a presentar los documentos relativos a la desmembración del territorio de Tarija de las antiguas Provincias del Alto Perú, asunto que él mismo promovió en noviembre último;

Que las repetidas solicitudes de los habitantes de Tarija, y su voluntad manifestada en Actas de 6 de Junio del pasado año, y 26 de Agosto y el 7 del corriente, son y han sido de pertenecer a Bolivia, declarando que la desmembración fue hecha contra sus votos y deseos, porque ellos, como todos los altoperuanos, estaban autorizados a decidir de sus destinos;

Que la Provincia de Tarija, pertenece al Alto Perú por todas sus relaciones y por la naturaleza misma de su situación;

Que Tarija nunca ha formado Pacto alguno de Unión o Asociación con la República Argentina.

Decreta:

La Representación Nacional desconoce los actos y niega su ratificación a las negociaciones porque haya sido desmembrada la Provincia de Tarija del territorio del Alto Perú, hoy República Boliviana;

En virtud de las reiteradas negociaciones de Tarija y de su libre y espontánea Resolución por incorporarse a Bolivia, se admitirán en el Congreso Constituyente sus Diputados, que se hallan en la Capital, luego que examinadas sus Credenciales, estén conformes al Reglamento de Elecciones de 26 de Noviembre del año pasado…”

Para poner fin a las reacciones de la corriente argentinista y apuntalar la respuesta del primer Poder del Estado, el 3 de octubre de 1826 el Presidente Constitucional de Bolivia, Antonio José de Sucre, emitió el Decreto que sepultó definitivamente las aspiraciones de José Felipe de Echazú y sus pocos seguidores, viabilizando el ingreso de los Diputados tarijeños al Congreso boliviano.

El 17 de octubre de 1826 se realizó el último Cabildo Abierto promovido por la Municipalidad y del Colegio Electoral de Tarija. Se hizo vehemente hincapié en la renuncia a las Provincias del Río de La Plata y exigió la reincorporación de Tarija a la República de Bolivia. Por lo tanto, además de ser considerado un verdadero manifiesto, consideramos que fue un alegato histórico cuyas connotaciones no tienen hasta hoy, parangón en la historia nacional. La parte Resolutoria del Manifiesto, dice:

“…presentará el admirable espectáculo de un pueblo que inerme, pero amigo de la libertad, el orden y de sus derechos, consiente antes en desaparecer de la tierra, que dejar de ser boliviano. Su voluntad es pertenecer a Bolivia, y sin Bolivia no quiere existir en el mapa geográfico. Esta es la última y solemne declaración que de nuestra propia voluntad, libremente y sin coacción alguna, hacemos por el pueblo que representamos y que presentamos al juicio de los hombres imparciales de todo el mundo que amen el bien de sus semejantes. Tarija, octubre 17 de 1826

Bernardo Trigo, Manuel Valverde, Isidoro Pantoja, Ignacio Mealla, Juan Ramón Ruiloba, Manuel de Lea Plaza, Agustín de Mendieta, José Antonio Vásquez, Mariano Cecilio de Trigo, Gavino Ibáñez, Manuel José Hevia y Vaca, Nicolás de Ichazo, José Francisco de los Reyes, Eustaquio Méndez, Juan José Mendieta, Melchor Ortiz, José Morales y Gregorio de León.

Ellos, fueron los “diez y ocho de octubre de 1826”, los que con un lenguaje fino y acorde con los postulados del Siglo de las Revoluciones y la Libertad, haciendo una exposición de motivos de todos los hechos históricos que padeció Tarija desde 1807, se dirigieron al mundo entero y lograron el objetivo trazado por Antonio José de Sucre.

El 6 de noviembre de 1826 el Congreso boliviano sesionó y sancionó la Ley que aprueba la Constitución Política del Estado y; el 19 del mismo mes, fue promulgada. En esta Constitución, de la que participaron los Diputados tarijeños José María de Aguirre y Hevia y Vaca y José Fernando de Aguirre, el territorio tarijeño fue reconocido como simple “Provincia” igual que el “Litoral”. En esa oportunidad, el territorio de la Provincia de Tarija superaba los 340.000 kilómetros cuadrados; hoy, el Departamento de Tarija sólo abarca una superficie de 37.643 kilómetros cuadrados; es decir, a lo largo de nuestra vida constitucional, nos han mutilado más de 89% por ciento de nuestro patrimonio territorial.

LA CREACIÓN DE LA PROVINCIA DE TARIJA

Sin conocer a detalle la situación reinante y las rotundas victorias logradas de manera sistemática por la corriente proboliviana, el Dr. José Felipe de Echazú en su calidad de Diputado Por Tarija ante el Congreso del Río de La Plata, había presentado un Proyecto de Ley para que el territorio tarijeño sea reconocido como Provincia. Obtuvo 38 votos a favor y 2 en contra. De esa Manera, el 30 de noviembre de 1826, el Congreso sancionó dicha ley y; el 1º de diciembre del mismo año, el Presidente Bernardino Rivadavia, promulgó dicha ley. El texto, histórico por supuesto, dice:

EL CONGRESO GENERAL CONSTITUYENTE

DE LAS PROVINCIASDEL RIO DE LA PLATA

Ha acordado y sancionado la siguiente ley:

Art. 1º.- Queda elevada al rango de Provincia la ciudad de Tarija, con el territorio adyacente.

Art. 2º.- Se le declaran todos los derechos y prerrogativas que la Constitución y las leyes establecen a favor de las Provincias.

Lo que de orden del mismo Congreso se comunica a V.E. para su inteligencia y efectos consiguientes.

Sala del Congreso, Buenos Aires, noviembre 30 de 1826.

José María Rojas, Presidente

Alejo Villegas, Secretario

Al Excmo. Presidente de la República

Buenos Aires, diciembre, 1º de 1826.-

Entendido, publíquese y procédase con arreglo a lo acordado

Rivadavia

Julián Segundo de Agüero

El 9 de diciembre de 1826, el pueblo tarijeño es convocado a participar del “Te Deum” que se ofició en la Iglesia “Matriz” de la Villa para Jurar a la Constitución Política del Estado de Bolivia. Con este acto, resultó triunfador el movimiento que nació a inicios de 1825 a la cabeza de Bernardo Trigo Espejo y; cuyos antecedentes históricos datan de 1814 cuando Belgrano escribe a Güemes reclamándole por las intenciones del Cnel. Francisco Pérez de Uriondo (Teniente de Gobernador de Tarija), de quererse hacer llamar Gobernador de Tarija, sabiendo que Tarija era una subdelegación dependiente de Salta, como San salvador de Jujuy y San Ramón de la Nueva Orán.

En la Constitución Política del Estado de Argentina, aprobada el 24 de diciembre de 1826, en el Artículo 11º se reconoce a Tarija como Provincia y se le asignados dos Diputados. Esa Ley, fruto de los innumerables esfuerzos realizados por el Dr. José Felipe de Echazú, llegó tarde. Tarija ya formaba parte del Estado boliviano y; éste, en su Constitución de 19 de noviembre de 1826 reconoció al territorio de Tarija como simple provincia similar al Litoral y le fue asignado dos Diputados: José María de Aguirre Hevia y Vaca y José Fernando de Aguirre Hevia y Vaca.

LA CREACIÓN DEL DEPARTAMENTO DE TARIJA

Tuvieron que transcurrir otros seis años para que se hiciera justicia. Los Diputados por la Provincia de Tarija José María de Aguirre Hevia y Vaca y Gabino Ibáñez, presentaron el Proyecto de Ley que fue aprobado y sancionado por la Asamblea Constituyente el 22 de septiembre de 1831 y; Andrés de Santa Cruz Villavicencio y Calahumana (ex Realista y que formó parte de los oficiales y soldados españoles que se rindieron ante Araoz de La Madrid y los Patriotas tarijeños en la tarde del 15 de abril de 1817), Presidente Constitucional de la República de Bolivia, promulgó dicha Ley el 24 de septiembre de 1831. El texto, dice:

La Asamblea Constituyente de Bolivia

Decreta

Artículo 1°.- Se erige la Provincia de Tarija en Departamento.

Es penoso comprobar, lo poco que Tarija honra su Calendario Histórico. Quizás sea la culpa, de aquellos, que creen que tornar los ojos al pasado es un achaque de historicista, o de aquellos otros, que piensan, que la vida es sólo presente. Ambos están equivocados, muy equivocados.

Algunos hechos y personajes que fueron protagonistas de la Historia de Tarija permanecen hoy en el anonimato y; entre ellos, una fecha que desde 1932 ha permanecido ignorada por la propia Historia de Tarija. Hoy, quizás adquiera pública resonancia y su obra valorada. Me refiero al 24 de septiembre de 1831.

Al recordar dicha fecha y; lo que ella significa para los tarijeños, cuando la otrora Provincia de Tarija se erigió en el séptimo Departamento de la República. Significando el escaso interés, que para los tarijeños en particular y bolivianos en general tiene la exaltación de tan significativa fecha  decisión, y más aún cuando se vive una época como la actual, tan vacía de contenido espiritual y cívico, intentaremos darle el significado histórico.

No creo pecar de exagerado, al decir, que si los tarijeños supiéramos revisar el legado de nuestros mayores, podría ser Tarija, la reserva moral de Bolivia; porque el heroísmo en el tarijeño, en cuanto a creación y ejemplaridad, es una cualidad de nuestro pueblo. Si alguno duda, revisen nuestra historia y constatarán miles de testimonios que pueden asegurar que pueblo más boliviano y más digno que el tarijeño no existe.

Y no es que hoy proclamemos el protagonismo en su más alta dignidad, como una petulancia inspirada sólo en la actuación de aquellos tarijeños en los Cabildos Abiertos de 1810, 1825, 1826, sino, deseamos desde lo más profundo, rescatar y restituir el significado histórico de aquellas decisiones vecinales que cambiaron la línea de nuestra historia y; valorar, a quiénes fueron sus principales gestores y protagonistas. La fama, que veleidosa, suele en ocasiones negar la gloria al héroe, para que se olviden sus recuerdos, no siempre puede evitar, que la inmortalidad, venere a los que han sido acreedores de lucirla. Y sin duda, para el tema que hoy tratamos, Andrés de Santa Cruz, merece que Tarija honre su memoria y su obra; como el propio Andrés de Santa Cruz honró la dignidad y la valentía del pueblo tarijeño aquel lejano martes 15 de abril de 1817.

No nos emociona al comprobar, que revisando los nombres de calles de Tarija, encontremos una mutilada con el nombre del Mariscal de Zepita y ningún otro homenaje para quien, junto a Francisco Álvarez de Toledo, Virrey del Perú, decidieron, cada uno en su época; por  lado, fundar la Villa de San Bernardo de la Frontera de Tarija y; segundo, crear el Departamento de Tarija. Hoy, ninguno de ellos tiene un monumento que inmortalice sus nombres y sus obras, que por desgracia, van poco a poco perdiéndose de la memoria colectiva del pueblo tarijeño.

Decidido a revertir esa actitud, deseamos poner a consideración del pueblo tarijeño el presente trabajo porque lo que nos debe importar es, ubicar en la pantalla de nuestra memoria, la figura, la personalidad y la obra de don Andrés de Santa Cruz Villavicencio y Calahumana para enriquecer nuestra Galería de Personajes, que enalteciendo nuestra historia, son desgraciadamente olvidados.

Este no tiene otra intención que la de ofrecer a los tarijeños de todas las edades, unos datos y referencias documentales, hallados aquí y allá a través de la información libresca, consultas de catálogos de fuentes históricas y búsquedas archivísticas, así como algunas consideraciones más o menos hipotéticas sobre algunas de sus obras y decisiones. A la hora de reconstruir la vida de personajes ilustres que tuvieron una actuación destacada en la Historia de Tarija, suelen encontrarse dificultades, porque esas acciones tuvieron lugar en tiempos más o menos próximos. Sin embargo, podemos asegurar que, todo individuo se halla vinculado a un ambiente y a una sociedad históricamente determinados; así cuando logramos entender tales relaciones, desentrañar las complejas y múltiples conexiones, entonces se resuelven y comprenden algunos de los problemas históricos. Por lo tanto, el hombre, nuestro hombre, es hijo de su época.

Como antecedente a la tarea desplegada en este año, hacer conocer a los lectores que, el jueves 10 de agosto de 2000 en mi condición de Director de la Unidad de Cultura y Turismo de la Prefectura del Departamento de Tarija, presenté a consideración del Ing. Oscar Vargas Molina, Prefecto y Comandante General del Departamento, un proyecto para conmemorar el 169º aniversario de la Creación del Departamento de Tarija. Para ese propósito obtuvimos un facsímil del Archivo Histórico debidamente legalizado de la Casa de La Libertad (Sucre)

En ese entendido, el día domingo 24 de septiembre de 2000, después de sesenta y nueve años; es decir, después de décadas de silencio e indiferencia, se desarrolló un inédito e interesante programa. A horas 09:00 de la mañana, se realizó él Te Deum la Catedral de nuestra ciudad. A horas 10:30 el Desfile Cívico-Escolar en la Plaza Luis de Fuentes y Vargas. A horas 20:15 en el Salón de «Los Escudos» del Palacio Prefectural, hice entrega oficial al Señor Prefecto del Departamento, un facsímil de la Ley de Erección dentro de una hermosa urna de madera tallada y; un hermoso óleo de Andrés de Santa Cruz. Asimismo, en representación de los descendientes del Mariscal de Zepita, arribó a la Ciudad de Tarija desde la Ciudad de La Paz el Ing. Andrés de Santa Cruz García, junto a las autoridades prefecturales, municipales, militares, cívicas, educativas y población en general se adhirió a este significativo acontecimiento.

EPÍLOGO

Por ello, el interés de este trabajo puede ubicarse en tres términos. Primero, fijar un criterio acerca de cómo deben ser reconocidos y valorados los hitos de nuestra historia y; el protagonismo de sus hombres. Segundo, restituir definitivamente la fecha del 24 de septiembre como parte esencial de nuestro Calendario Cívico. Para ello, hicimos llegar a lo largo de los pasados años en siete oportunidades el Proyecto de Ley para que la Asamblea Legislativa Departamental apruebe la Ley que dispone oficialmente el 24 de septiembre de 1831 como la fecha de creación del Departamento de Tarija y; a partir de ello, se realicen actos protocolares y cívicos en las seis capitales de Provincias del Departamento de Tarija. Por lo tanto, es menester la consideración, aprobación y promulgación en la Asamblea Legislativa Departamental. Tercero, rechazar la sistemática y sostenible marginación y negación de la Historia de Tarija dentro de los planes de enseñanza a nivel municipal, provincial y departamental.

Lo primero y segundo, no se logrará extensamente con este trabajo. Sólo rozamos el propósito, y dejamos lugar a la tercera intención: que todos ustedes puedan desarrollar trabajos similares para rechazar la diatriba contra la Historia de Tarija y ponderar el amor por Tarija de los Diputados de la Provincia de Tarija Gabino Ibañez y José María Aguirre Hevia y Vaca, autores en julio de 1831 del Proyecto de Ley para la Creación del Departamento de Tarija

De esa manera, el Congreso de Bolivia en fecha 22 de septiembre de 1831, sancionó dicho proyecto y; el Presidente Constitucional de Bolivia Andrés de Santa Cruz Villavicencio y Calahumana, cumpliendo todos los trámites constitucionales, promulgó el 24 de septiembre de 1831 la ley que erige la Provincia de Tarija en el séptimo Departamento de la República de Bolivia.

Si bien mediante Ley se erigió el Departamento de Tarija, esta situación en los hechos no fue real, porque en la Reforma Constitucional del 20 de octubre de 1834, el territorio de Tarija continuaba siendo reconocido como simple Provincia y no como Departamento. Después de cinco años, en la reforma de 26 de octubre de 1839, recién se menciona el “Departamento de Tarija” y; desde ese año, se designaron sus respectivos Prefectos, ya que anteriormente, fueron los Tenientes de Gobernador la máxima autoridad política. Este, el desprecio que sufrió Tarija en esta etapa de nuestra historia.


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