EL VIRREY TOLEDO Y LA FUNDACIÓN DE TARIJA

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Elías Vacaflor Dorakis

…y ordenado que la dicha población se haga con hasta cuarenta o cincuenta hombres y que se llame y nombre la Villa de San Bernardo de Tarija; y el dicho Luis de Fuentes por servir a Su Magestad quiere hacer la dicha población con los dichos cuarenta o cincuenta hombres, que para ello se le ha de dar título de Capitán y Justicia Mayor y concedérsele otras cosas que me ha pedido y suplicado para el dicho efecto…”

A MANERA DE PRÓLOGO

Sin duda alguna y; gracias a las últimas investigaciones, durante miles de años antes de 1535, el verdadero Valle de Tarija (territorios de las actuales comunidades de Rosillas, Chaguaya y Alisos), fue un pequeño mosaico de pueblos, culturas y religiones. La presencia hasta esa fecha de comunidades autóctonas y advenedizas esmaltó esa geografía. Sin embargo y; a pesar de todo, de aquéllas y éstas, conocemos muy poco nuestra historia precolombina. Los trabajos elaborados por cronistas como Juan Gonzáles y su escribano Francisco de Torres, quizá sea el más importante, pues nos da cuenta de sus visitas a Tarija los años 1556 y 1560 respectivamente, trabajo que se constituye en el primero de carácter etnohistórico sobre los Churumatas en el Valle de Tarija. Esta etnia, desarrolló su propia cultura, practicó sus costumbres y su religión y desarrolló su vida social en estrecho contacto con otras culturas como los Copiapó Tomatas y; una advenediza, Chiriguanaés, venida del Este.

La riqueza de esta realidad, de estas realidades plurales es una herencia común, un patrimonio colectivo de muchos pueblos y comunidades que se establecieron en tiempos pretéritos en los Valles de Tarija. Culturas arraigadas física y espiritualmente e identificables en multitud de documentos todavía desconocidos pero conservados en archivos del interior y exterior del país, en textos, en piezas arqueológicas, topónimos, costumbres, leyendas y textos religiosos así lo atestiguan. Sin embargo, esta herencia ha quedado durante mucho tiempo eclipsada, diluida y en algunos casos, proscrita. De ahí que no sea aventurado de nuestra parte, afirmar que hasta fechas muy recientes los tarijeños hemos aceptado vivir y convivir con una cierta mutilación de nuestra propia historia.

Muchos investigadores, como Dick Edgar Ibarra Grasso, Raimund Schramm, Ana María Presta, Mercedes del Río, Jorge Arellano y Mario Barragán Vargas y otros, desarrollaron diversos trabajos con propias y diferentes fuentes documentales y arqueológicas. Sin embargo, ha sido escasa la difusión de los mismos. Además, el Archivo Histórico de Tarija en la actualidad cuenta con apenas 30 metros lineales de nuestra memoria colonial escrita. Y a pesar de haber recuperado dichos expedientes en 2004 y evitado su deterioro total, y conservado íntegramente algunos de ellos, debemos lamentar que otros documentos, estén en franco proceso del deterioro total por la acción de los hongos, la humedad y otros agentes climatológicos, tal el caso de cuatro volúmenes que se encuentran en la Biblioteca Municipal Tomas O’Connor de Tarija. Todo ese rico Patrimonio Documental, compuesto por expedientes indianos que nos enseñan la vida de la otrora Villa de San Bernardo de Tarija, son únicos e importantes. Por ello, se puede asegurar que la Historia Colonial de Tarija no ha sido plenamente analizada, ni investigada, mucho menos difundida. Lamentablemente los historiadores nacionales e internacionales, salvo rarísimas excepciones no supieron ni quisieron ubicar adecuadamente a Tarija dentro del contexto de la Historia Iberoamericana a pesar que, en las miles de páginas de esos roídos documentos indianos y cuyos otros originales están en repositorios documentales de España, Chile, Perú, Argentina y Bolivia, se puede encontrar y descubrir sin deformación alguna el hecho jurídico original de la historia de la Villa de San Bernardo de Tarija a través de sus sucesivas dependencias a los Virreinatos de Lima y Río de La Plata.

Como se podrá apreciar más adelante, nuestro territorio –más concretamente los valles de San Lorenzo y el Valle de la Concepción- fue poblado desde tiempos inmemoriales por pueblos nómades y, luego por sedentarios y mitmaqkunas como los Copiapó Tomatas, Churumatas, y otros. Décadas después, se concretizaron otras expediciones. Sobresale la de Diego de Almagro para el Descubrimiento y Conquista de Chile, fue el episodio más dramático que vivieron los españoles en tierras americanas. A decir de varios cronistas de la época, dichas Expediciones tuvieron un elevado costo de vidas humanas y recursos económicos y; por lo tanto, no fueron acciones improvisadas. Paralelamente a la Conquista del Perú, es decir, entre 1530 y 1531 Almagro ya tenía intenciones de obtener una Gobernación propia independiente de la de Pizarro. Con el transcurrir de los años, esta idea fue tomando cuerpo y se cristalizó.

De acuerdo a varios trabajos realizados, conocimos que los orígenes de este proyecto, tuvieron como antecedente el primer rompimiento entre Pizarro y Almagro en 1529. Pues Pizarro fue desleal con sus socios: Luque y Almagro. Cuando le cupo informar al Rey Carlos V sobre el descubrimiento y conquista del Perú y las riquezas obtenidas, Pizarro se atribuyó todos los esfuerzos y logros obtenidos. A pesar de ello, Almagro continúo siendo socio de Pizarro, aunque la relación entre ellos fue tensa y de desconfianza.

La primera noticia documental sobre el propósito de Almagro de obtener la Gobernación de Chile para sí, data del 11 de julio de 1532, fecha en que se expidió la Real Cédula denegando la solicitud que presentó Almagro al Rey de España. Con todo lo anterior, se puede deducir que tres fueron las causas generadoras del Descubrimiento de Chile por Diego de Almagro:

• Ruptura de la antigua amistad entre Pizarro y Almagro en 1529.

• El deseo de Almagro de poseer una Gobernación independiente de la de Pizarro, lo que le indujo dos veces a solicitar al Rey de España una Merced.

• El fracaso de la Expedición del Adelantado don Pedro de Alvarado, Gobernador de Guatemala, a las Provincias del Reino de Quito, impulsó a Diego de Almagro para insistir en su proyecto de conquistar el territorio de Chile.

La relación entre Diego de Almagro y los hermanos Pizarro fue muy tensa y llena de desconfianzas mutuas. Por ello, cuando Hernando Pizarro desembarcó en el puerto de Sanlúcar (España), el 14 de enero de 1534 llevando para el Rey de España los primeros quintos desde el Perú, también portaba una solicitud enviada por Almagro para que se le concediese la Gobernación de las Provincias ubicadas al sur de las de Francisco Pizarro. No la presentó, más al contrario, se dedicó a difamar a Almagro. Pero fueron los encomendados Cristóbal de Mena y Juan Téllez –amigos de Almagro- los que lograron presentar ante el Rey una copia de la solicitud enviada por Almagro.

El 21 de mayo de 1534, el Rey Carlos V hizo efectiva la Capitulación autorizando a Diego de Almagro a realizar la Conquista, Pacificación y Población de las Provincias y Tierras que se extendieran hasta 200 leguas al sur de la Gobernación de Francisco Pizarro. Asimismo, mediante Real Cédula de 19 de julio de 1534, el Rey designó a Diego de Almagro Gobernador y Capitán General de las Provincias, que fueron bautizadas con el nombre de Nueva Toledo, otorgándole además el título de Adelantado.

Esta Capitulación, fue recibida por Hernando Pizarro, quien a su regreso al Perú, no lo quiso entregar a Almagro. A pesar de ello, a fines de abril de 1535, Diego de Almagro, recibió una copia de la Real Cédula. A partir de ese momento, las relaciones entre Almagro y Pizarro se tensionaron aún más, y surgió la discusión sobre si el Cusco estaba dentro o fuera de la jurisdicción de la Cédula concedida por el Rey a Diego de Almagro. Ante tanta incertidumbre, los pizarristas y almagristas se enfrentaron en el Cusco y; fue la oportuna intervención de Téllez de Guzmán, que evito mayores consecuencias. Razón por la cual ambos Jefes lograron acordar un nuevo Convenio de Sociedad y Compañía el 12 de junio de 1535. Sin embargo, las desavenencias entre ambos Gobernadores eran visibles y muy peligrosas, que posteriormente, ocasionaron las Guerras Civiles entre españoles: Las Batallas de Las Salinas y Chupas.

En ese ínterin, suponemos que a inicios de 1535 los españoles en Cusco obtuvieron noticias del apetecido Valle de Tarija gracias a las pocas referencias que brindaron sobre la Expedición encabezada por Juan de Sedizo, Antonio Gutiérrez y Diego Pérez del Río en junio de 1535 por órdenes de Diego de Almagro.

A partir de ello, y después de más de catorce años de intensa como minuciosa investigación presentamos bajo el patrocinio de la Sociedad de Etnografía e Historia de Tarija (SOETHIS), en instalaciones del Centro Boliviano Americano el 14 de marzo de 2009 presentamos nuestra tesis. En aquella oportunidad, señalamos qué a inicios del mes de agosto 1535, los tres españoles que formaban parte de la Primera Expedición para el descubrimiento y conquista de Chile, acompañados por el Séquito Inca fueron los que bautizaron el Valle de Tarija al territorio que hoy conforman las comunidades de Rosillas, Alisos y Chaguaya (Etimología de Tarija, Elías Vacaflor Dorakis, Tarija, 2009)

Pero quién nos acercó a conocer la Segunda Expedición Española a los Valles de Tarija, fue el prestigioso historiador peruano, el Dr. Rafael Sánchez-Conchas Barrios, que nos hizo llegar las imágenes digitalizadas de su tesis Tres Expediciones Descubridoras de los Andes Orientales (Lima, 1989), para optar al Grado de Bachiller en Humanidades con Mención en Historia en la Pontificia Universidad Católica del Perú, en la que está incluida la Expedición de Larecaja a Tarija a base de las Actas Notariales de elaboradas por Juan de Grajeda, Escribano de la Expedición del griego Pedro de Candia a al Valle de Tarija en 1539, valiosos documentos que se encuentran en la Universidad de Indiana (Bloomington, EEUU), donde los adquirimos en 1999.

En aquella oportunidad se dio inicio al primer intento de explorar y conquistar los Valles de Tarija. Pedro de Candia el Griego y el español Pedro de Anzúrez de Camporredondo conformaron una compañía en Tambo Inca de Paria (Oruro), el 25 de junio de 1539 para cumplir dos objetivos: el primero, la fundación de un pueblo en el Valle de Tarija a nombre del Emperador de España (Carlos IV), y del Gobernador del Perú (Francisco Pizarro) y; segundo, la conquista de los indios Macaros. Partieron desde Paria el 27 de junio y arribaron a algún lugar del Valle de Tarija inicios de septiembre de 1539. De acuerdo a nuestras propias investigaciones se trataría de los indios Chiriguanos, porque, la palabra macaro es de origen aymara (Bertonio Ludovico, 1603 y 1612 y Diego de Torres Rubio, 1616), y significa «de adentro» y; al no haber existido etnia prehispánica identificada con el nombre de Macaros, deducimos que la anunciada conquista se refería a los indios de adentro, es decir, a los Chiriguanos.

Al respecto de los dos objetivos trazados por Candia y Anzurrez, ninguno pudo concretizarse. Es decir, ni la fundación ni encontrar a los indios. Por lo tanto, la Expedición de Candia a Tarija fracasó rotundamente y, aún más, Candia por instrucciones de Pizarro retornó al Cusco y murió asesinado por Diego Almagro (el Mozo), después de la Batalla de Las Chupas (16 de septiembre de 1542), y varios de sus hombres que le acompañaron hasta los Valles de Tarija retornaron al Cusco y se enrolaron en la Expedición de Pedro de Valdivia en 1540 para la Conquista de Chile y; con él, fundaron el 12 de febrero de 1541 la ciudad de Santiago del Nuevo Extremo.

Entre ellos, podemos mencionar a Rodrigo González Marmolejo, que fue designado como Primer Obispo de Chile en 1561; Francisco de Aguirre, que refundó la ciudad de La Serena el 26 de agosto de 1549-; Jerónimo de Alderete; Francisco de Villagra que a mediados de 1540 junto a Diego de Rojas conformaron dos Expediciones en Tarija para buscar a los Chiriguanos y luego fue designado por Valdivia como Primer Regidor de Santiago el 7 de marzo de 1541; Juan Bohón, que fundó la ciudad de La Serena en 1544-, Juan Jufré, y otros más.

Finalmente y; después de un prolongado silencio fundacional de 35 años (1539 – 1574), y gracias a los informes remitidos desde Potosaí al Virrey Toledo a Lima, éste pudo conocer con lujo de detalles la situación compleja y contraria a los intereses de la Corona de España planteada por la presencia de los chiriguanaés en la frontera sur de la Audiencia de Charcas. En ese sentido, declaró guerra total contra ellos. Y su primer objetivo: fundar una villa en el Valle de Tarija. De tal manera y; por expresa decisión del Virrey Toledo se instruyó a Luis de Fuentes y Vargas, la fundación de una villa en el Valle de Tarija con el nombre de San Bernardo para la defensa de los españoles e indios de las malocas o ataques de los Chiriguanaés y facilitar el tránsito hasta el Mar de Solís (Océano Atlántico), y comunicar las altas tierras del Perú con las bajas de La Plata. Como vemos, Tarija, paradójicamente fue sistemática y premeditadamente objeto y sujeto de muchas atenciones pero también ignorada por las sucesivas autoridades españolas.

Entonces, consciente de la importancia de éstos aspectos y de la necesaria sobrevivencia y preservación del Archivo de Tarija y la documentación allí guardada para poder explicar claramente la verdad de la Historia Colonial de Tarija, deseamos agradecer al Dr. José Miguel López Villalba, titular de la materias de Paleografía y Diplomática de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED, Madrid, España), y profesor del Primer Curso Internacional de Diplomática del Documento Indiano – Siglos XVI a XVII, patrocinado por la Universidad Andina Simón Bolívar (Sucre, Bolivia), el Museo Nacional de Etnografía y Folklore (La Paz, Bolivia), y la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED, Madrid, España), curso que se realizó en la Ciudad de La Paz entre el 26 y 30 de Julio de 1999.

Hoy, domingo 22 de enero de 2023 presento a consideración de los ciudadanos ávidos por la Historia de Tarija, un trabajo de investigación Diplomática a base de la Real Provisión de 22 de enero de 1574 que ilustrará debidamente respecto al proceso fundacional de Tarija y las personalidades del Virrey Francisco Álvarez der Toledo y Luis de Fuentes y Vargas.

INTRODUCCIÓN

Antes que la América del Sur haya sido descubierta, las Coronas de España y Portugal estaban enfrentadas y dividiéndose un desconocido e imaginario territorio a partir de una también imaginaria línea. Desde el preciso momento que los Reyes Católicos, Fernando V de Aragón e Isabel I de Castilla conocieron -gracias a Colón- la existencia de vastos territorios, se produjeron una serie de hechos que cambiarían radicalmente el mundo hasta ese momento conocido. Y con el propósito de legalizar su posesión sobre aquellos territorios, los Reyes Católicos solicitaron al Papa Alejandro VI un Título de Posesión. Éste fue otorgado por Bula Papal Inter Coetera el 3 de mayo de 1493 y confirmada por Eximias de 4 de mayo y otras en septiembre y octubre del mismo año, dándoles posesión de las nuevas tierras “…a perpetuidad para ellos y sus descendientes…”. Sin embargo, los acontecimientos serían observados por Portugal a través de Juan II que reclamó a Alejandro VI se reconozcan sus derechos a los viajes y exploraciones por el océano, aspecto que desencadenaría en la reunión en Tordesillas para la firma del Tratado del mismo nombre el 7 de junio de 1494.

Por ello, y sin duda alguna, fueron muchas las razones que impulsaron a los españoles llegar hasta las aguas de Tarija, y desde allí cumplir con propósitos muy importantes: incrementar la posesión de territorios y justificar sus dominios y; la comunicación entre éstos. Entonces, la comunicación entre ambos océanos (Mares del Sur y Norte), fue la principal tarea que toda expedición española debía cumplir, además de someter a todos los pueblos indígenas al dominio español y así ganar territorio y riqueza a su principal enemigo: Portugal.

Si bien Francisco Pizarro desde 1524 exploró el Pacífico y; entre 1531 y 1532, recorrió territorio Inca fundó el 1532 Piura, primera población española en territorio hoy peruano. Desde allí, a inicios de noviembre decidió ingresar al propio territorio Inca por el este, arribando a Cajamarca el 15 del mismo mes y el 16 con sólo 168 hombres venció con el apoyo de jefes y guerreros de otros pueblos sometidos por el Incanato, al poderoso ejército Inca. Luego en marzo de 1533 Pizarro tomó Cuzco. A partir de ese entonces se inició de manera planificada y sistemática la exploración y conquista del continente americano.

Y precisamente en “Paria”, el 25 de junio de 1539, el griego Pedro de Candia y Pedro Anzúrez de Camporredondo acordaron la conformación de una empresa para emprender la primera expedición española para fundar -en nombre del Rey Carlos I y del Gobernador Pizarro- un pueblo en el Valle de Tarija, aunque Anzúrez de Camporredondo no ingresó al Valle de Tarija, sino, Diego de Rojas en febrero de 1540. Ésta, es también la primera referencia escrita sobre la decisión Real de fundar un pueblo en territorio tarijeño. Empero éste intento fracasó rotundamente y recién el 4 de julio de 1574 -después de 35 años- se fundó la Villa de San Bernardo de Tarija por el Capitán sevillano, Luis de Fuentes y Vargas.

En resumen, decir que el proceso del descubrimiento y conquista de la América del Sur fue desarrollado desde dos vertientes: por españoles y portugueses. Los primeros, desde el Cuzco en el Mar del Sur (Océano Pacífico), ingresaron hacia el actual territorio boliviano a partir de 1535, arribando, luego de fundar otros poblados, a los Valles de Tarija por primera vez a inicios de septiembre de 1539 luego de las fracasadas expediciones a Ambaya por Pedro de Candia en 1538, y los Chunchos por Pedro Anzúrez de Camporredondo entre 1538 y 1539 y; por último, la Expedición de Larecaja hasta Tarija por Pedro de Candia y Diego de Rojas entre 1539 a 1540 (Rafael Concha Barrios, 1989)

También por portugueses y españoles respectiva como sucesivamente desde el Mar del Norte (Atlántico). La primera expedición portuguesa al Atlántico fue capitaneada por Martín Alfonso del Souza que fundó el puerto de Santos el año 1506.

Luego fue la expedición del español Juan Díaz de Solís que entre enero y febrero de 1516 navegó el Río de La Plata y luego de desembarcar frente a la Isla de Martín García, Díaz de Solís murió a manos de indios. Posteriormente fue Hernando de Magallanes que entre enero y febrero de 1520 también navegó el Río de La Plata y entre octubre y noviembre del mismo año descubrió y navegó el Estrecho; en octubre de 1526 Sebastián Gaboto también navegó el Río de La Plata; en noviembre de 1527 Diego García de Moguer ingresó también al Río de La Plata. Pero entre diciembre de 1527 y abril de 1528, Gaboto realizó la primera expedición hacia el Norte y llegó por el Paraguay al Río Hepetín o Bermejo. El año 1529 García y Gaboto remontando las aguas de los Ríos Paraná y el Paraguay llegó hasta el Río de la traición, posiblemente el Pilcomayo. Y a comienzos de 1530, todas las naves españolas abandonaron el Río de La Plata.

Ante la ausencia de españoles, entre noviembre y diciembre de 1531 el navegante portugués Pero López de Souza exploró el Río de La Plata y el delta del Río Paraná. Esta situación influyó para que en mayo de 1534, el Rey Carlos V, capitule en la Ciudad de Toledo con don Pedro de Mendoza la conquista y colonización del Río de La Plata. En agosto de 1535 la expedición del Adelantado don Pedro de Mendoza zarpó de San Lúcar de Barrameda (España), llegando a Río de Janeiro a fines de noviembre; y a inicios de febrero de 1536, don Pedro de Mendoza fundó la Ciudad de Nuestra Señora del Buen Aire (Buenos Aires), refundada el 11 de junio de 1580 por Juan de Garay que partió con su gente desde Tarija. La expedición de Juan de Ayolas partió de Buenos Aires con rumbo al Río Paraná en mayo de 1536 y murió en enero de 1538 en manos de los indios Payaguaes. Luego, por instrucciones de Gonzalo Pizarro, partió desde Quito el año 1540 la expedición de Francisco de Orellana que, después de navegar el río, lo bautizó con el nombre de Amazonas descubierto por Vicente Yáñez Pinzón en 1499, y desembocó en el Mar del Norte en agosto de 1542. Por último y dentro de la cronología que nos interesa, podemos mencionar la expedición de Nufrio de Chávez que exploró y remontó las aguas del Río Araguay o Pilcomayo, tal vez hasta cerca de la actual ciudad de Villa Montes, en el Departamento de Tarija.

Pero quizás la referencia cronológica más importante de todas las brindadas anteriormente, sea aquella que nos habla de la expedición del portugués Alejo García. Éste, en fecha no precisada aún, partió el año 1524 desde las costas del Brasil junto a algunos náufragos de la expedición de Solís y ayudado por miles de indios Tupí-guaranís arribó a las tierras del Rey Blanco o de los Incas y Sierra de La Plata –léase territorio altoperuano dominado por los Incas-. A su retorno, el año 1526 fue muerto por los mismos indios sobre el Río Paraguay. Este es un dato por demás importante, pues nos indica dos hechos que pueden coadyuvar a reescribir la Historia Colonial de Tarija. Primero, nos demuestra que el éxodo de la etnia Tupí-guaraní desde el norte de las costas del Brasil hacia territorio boliviano se realizó a mediados del Siglo XVI (entre 1524-1526); segundo, nos indica que Alejo García fue el primer europeo –portugués- que ingresó por el Este hasta tierras hoy tarijeñas, más propiamente a Las Salinas, La Cueva y alrededores (Provincia O’Connor (Departamento de Tarija)

Ambas referencias permiten asegurar qué, indiscutiblemente los Valles de Tarija ya estaban poblados: primero, por pueblos como los Copiapó Tomatas y Churumatas, luego por mitmaqkunas del Imperio Inca traídos desde otros pueblos conquistados en otras latitudes como los Copiapó desde Atacama (Chile) y los Juries del Tucma o Tucumán (Argentina); segundo, que una de las razones del arribo de la hueste de Alejo García y los Tupí-guaranís hasta tierra tarijeña fue por los comentarios de la riqueza existente en el Imperio Inca donde existían productos ambicionados por García y los mismos Guaranís. Y para configurar con precisión este contexto histórico-cultural, interesa decir que, efectivamente fue Tupac Inca Yupanqui, el primer Rey Inca que junto a miles de guerreros ingresó en los llanos del Chaco tarijeño con el propósito de descubrir, conquistar y; de esa manera, frenar el ingreso y ataques a sus reductos por parte de los advenedizos venidos del Brasil, empresa que fracasó. Fruto de cruentas y numerosas batallas, el Soberano Inca los bautizó con el apelativo de Chiriguano -palabra Quechua que significa “estiércol frío”-, al hombre de la etnia Tupí-guaraní que partiendo desde las costas del Brasil a mediados del Siglo XVI, arribó a las tierras del chaco boliviano y después de asentarse en las inmediaciones de Tarija: Las Salinas, La Cueva, Chiquiacá, Tariquea, Bermejo, Paspaya, Tomina, Mizque y Santa Cruz de la Sierra, sometió a sus rivales y robó a las mujeres para cebo de su lascivia, llamando Chanos o Chanes a los esclavos y obligándolos a trabajar y ser parte de sus Malocas o ataques. Emparentados con las mujeres de los Chanes nació la Gran Nación Chiriguana. Este es un aspecto muy importante que deberá ser tomado en cuenta para explicar con nitidez los orígenes de dicha Nación, conglomerado humano estrechamente vinculado a la Historia de Tarija en sus tres períodos: precolombino, colonial y republicana, tan llena de vicisitudes para así poder identificar la nacionalidad y las fechas de quienes horadaron por primera vez desde el Este el actual territorio tarijeño.

Hasta aquí y después de nuestras primeras investigaciones para solventar el presente trabajo, podemos asegurar que: fueron dos europeos los que ingresaron por primera vez al actual territorio tarijeño: el primero, y por el Este, el portugués Alejo García que recorrió el año 1526 los territorios comprendidos desde Tiguipa hasta Las Salinas, La Cueva y alrededores; el segundo, por el Oeste, el griego Pedro de Candia, que partió desde Larecaja (hoy Sorata, Departamento de La Paz), con 133 individuos el 19 de mayo de 1539 arribando a Huarina el 29 del mismo mes. Desde allí partieron rumbo a Ayo Ayo donde llegaron el 10 de junio y avanzaron hasta Caracollo (16 de junio). Entre el 25 y 27 de junio estuvieron en Paria (Departamento de Oruro). Desde Paria -donde conformaron la compañía y se firmó el documento más antiguo que menciona el Valle de Tarija-, partieron rumbo a Uscamarca, acampando allí entre los días 2 y 3 de julio. Durante los días 7 y 8 de julio de 1539, estuvieron de paso por el área de Aullagas (Lago Poopó, Departamento de Oruro). El 9 de agosto arribaron al tambo de Tupiza y desde allí partieron rumbo al Valle de Tarija donde arribaron a inicios del mes de septiembre de 1539 después de recorrer la planicie de Tacsara. En la Universidad de Indiana (Bloomington, Estados Unidos de Norteamérica), se encuentran los 51 documentos originales que conforman las Actas Notariales elaborados por Juan de Grajeda, Escribano de la Expedición de Candia a Tarija, gracias a las cuales podemos seguir con precisión el recorrido y la cronología del mismo.

Además, de investigar las muertes de Solís en la Isla de Martín García en 1516 por los indios; de Juan de Ayolas en marzo de 1538 en el puerto de La Candelaria por los indios Payagues y la conexión de las tierras altas del Perú con las del Plata y la conquista de los indios Macaros, figuran entre las razones más influyentes que ayudaron para presionar a las autoridades instaladas en España y Lima para fundar la primera villa en los Valles de Tarija. Sobre todo, para poner fin a los permanentes ataques, destrucción y muerte que ocasionaban los Chiriguanos a la población de Tomatas, Churumatas, Copiapóes y españoles instalados en las propiedades de Juan Ortiz de Zárate que ingresó con Candia a Tarija” en septiembre de 1539 y obtuvo Encomiendas en a mediados de 1540 y posteriormente en 1568 en Tarija.

También figuran como principales causas para que el Virrey Francisco Álvarez de Toledo decidiera la promulgación de la Real Provisión de 22 de enero de 1574 la fundación de una villa en el Valle de Tarija, tarea que lo obligó inclusive a trasladarse desde Lima a la Ciudad de La Plata, Capital de la Audiencia de Charcas, donde personalmente decidió comandar una impresionante expedición al propio territorio de los Chiriguanaés el año 1572. A pesar que ésta resultó un rotundo fracaso e inclusive casi le costó su propia vida, sirvió para buscar, también personalmente a la persona que fuera capaz de llevar adelante tan delicada y compleja empresa.

POR QUÉ EL VIRREY TOLEDO INSTRUYÓ LA FUNDACIÓN DE LA VILLA DE SAN BERNARDO DE TARIJA.

Para una mejor comprensión de los hechos y cumplir con uno de los requisitos que plantea la Ciencia Diplomática, hemos acudido a la vertiente netamente heurística para conocer sugestivos e importantes acontecimientos que previamente al 22 de enero de 1574 se suscitaron en el ya creado Virreinato del Perú y más específicamente en la Audiencia de Charcas, escenarios donde se desarrollaron diversos hechos que, después de analizarlos seriamente, arrojaron muchas luces y ayudaron a comprender las decisiones del Virrey Toledo a nombre del Rey Felipe II de España.

Una vez que Francisco Pizarro y su expedición los Trece del Gallo fueran rescatados de la Isla del mismo nombre y retornado a Panamá, otra expedición también a cargo de Pizarro, partió el año 1528 y tomaron contacto por primera vez con los Incas en Tumbes (Perú), a través de la solitaria presentación del griego Pedro de Candia. A partir de ese momento, se inició la conquista del vasto y rico Imperio Inca.

Con ricos testimonios, Pizarro retornó a España y el año de 1528 logró una entrevista con el Consejo de Indias, Órgano encargado de los asuntos del nuevo mundo. Luego de explicar y exhibir pruebas irrebatibles, el 26 de julio de 1529 se firmó en Toledo con la aprobación de la Reina Isabel de Portugal, esposa de Carlos V, la Capitulación denominada de Toledo, mediante la cual se establecía que Pizarro sería el Gobernador Adelantado y Alguacil Mayor de Nueva Castilla.

Entre 1531 y 1532 Pizarro recorrió toda la región y fundó Piura, la primera población española en el Perú. A comienzos de noviembre de 1532, Pizarro traspasó el macizo andino y llegó hasta el propio corazón del Imperio Incaico, arribando hasta Cajamarca el 15 del mismo mes. Pero fue al día siguiente, con sólo 168 hombres, Pizarro derrotó a decenas de miles de guerreros Incas y apresó al Inca Atahualpa y conquistó para Carlos V de España, el más importante Imperio de América del Sur. Luego de las muertes de Huáscar y Atahualpa y la asunción de Tupac Huallpa como soberano del Imperio Inca, Pizarro inició el recorrido por todos los territorios que formaban parte del Imperio, al lado de Diego de Almagro, que arribó desde Panamá en abril de 1533.

Informado por Hernando Pizarro, el Rey Carlos V conoció la conquista del Perú y dividió ese territorio en dos partes: el Norte, con 260 leguas, pertenecería a Francisco Pizarro con el nombre de Nueva Castilla; y al Sur, con el nombre de Nueva Toledo bajo el control de Diego de Almagro con jurisdicción sobre 200 leguas al Sur. Más al Sur de la Nueva Toledo comenzaba la Gobernación de Pedro de Mendoza, conquistador del Río de La Plata.

LA NUEVA TOLEDO

Producido el descubrimiento y conquista de América, el actual territorio boliviano se constituyó en el núcleo y principal escenario de la Nueva Toledo (1534 – 1559), cuya primera Gobernación fue conferida por Real Provisión suscrita en Valladolid el 19 de julio de 1534 por “…cesáreas y católicas majestades…” a don Diego de Almagro, Adelantado de la “…dicha Provincia de Toledo…” de doscientos leguas desde donde acaban los límites de la Gobernación de Francisco Pizarro. Dentro de la Nueva Toledo se fundarían luego las poblaciones españolas de: La Plata (1539), Potosí (1545), y La Paz (1548)

La Real Cédula de 1º de octubre de 1566 se instruía una nueva demarcación: las Provincias del Río de La Plata, debían estar bajo el Distrito de la Audiencia de Charcas (1566 – 1661). Una nueva demarcación y división del Perú instruida entre 1596 y principios del Siglo XVII por el Consejo Real de las Indias, indicaba que, la Audiencia de Charcas tenía: “…dos Gobernaciones y dos obispados: el de Charcas y Tucumán…”

Las principales ciudades eran: La Plata, el Pueblo Nuevo de La Paz, la Ciudad de Chucuito, Arica, Santa Cruz, Oropesa, en el Valle de Cochabamba, Asunción en la Gobernación de Charcas; y Santiago del Estero, Santa María de Talavera y San Miguel, en la Gobernación de Tucumán.

Podemos indicar que una de las primeras que otorgó Francisco Pizarro en el actual territorio de Charcas, fue aquella que el año 1536 concedió a favor de su hermano Hernando Pizarro. Pero cuando Francisco Pizarro instruyó la fundación de la Villa de La Plata en 1539, hizo un nuevo repartimiento de tierras. Resultado de éste, el 22 de enero de noviembre de 1540, en Cusco, Francisco Pizarro otorgó a Francisco de Retamozo una Cédula de Encomienda con 300 indios, sujetos éstos a dos Caciques en la Provincia de Carangas (Oeste del lago Poopó), y otro grupo de 480 indios sujetos al Cacique Ysquilla de Tarija. Resulta muy interesante señalar que con esta Encomienda Retamozo se benefició con indios aglutinados en 14 pueblos, cuyo listado ofrecemos al asiduo lector para que conozca los nombres de cada uno de ellos y cuya etimología debe ser objeto de un trabajo dentro de la toponimia pues se trata de los únicos nombres precolombinos que se encontraron en el Valle de Tarija, todos pueblos sometidos por el Inca. Interesa también indicar que, el pueblo de Chaguaya tenía registrados indios Juríes del Tucumán.

El listado, el siguiente:

1. Pueblo de Liquita, que tiene diez casas con el principal Chumay

2. Pueblo de Chaxa, con cuatro casas

3. Pueblo de Vichipa, con dos casas

4. Pueblo de Mooxa, con diez casas. Su principal Mallanto

5. Pueblo de Escobineta, con cuatro casas

6. Pueblo de Birija, con cuatro casas

7. Pueblo de Cocachi, con diez casas. Su principal Toylla

8. Pueblo de Mamaerua, con seis casas. Su principal Pochape

9. Pueblo de Uchipi, con cuatro casas

10. Pueblo de Tolamarca, con cuarenta casas. Con su principal Pulcatía

11. Pueblo de Chaguaya, con veinte casas con indios Juries. Con sus principales Aricoya y Quino

12. Pueblo de Aquilcha, con cinco casas

13. Fortaleza Avilcha, con cien casas. Con el Cacique Piruca y el principal Socara

14. Pueblo de Coyllo, con diez y seis casas

15. Pueblo de Chaguaya, con veinte casas. Su principal Tayaure.

Esta valiosa información está inserta en Corpus Documental: Historia de Tarija (Tomo VI, Tarija, 1997), y se constituye en la más temprana referencia documentada sobre la cantidad de indios en el Valle de Tarija (territorios de Chaguaya, Rosillas y Alisos) Luego se otorgarían otras Encomiendas con 300 indios en Tarija a Alonso de Camargo el 4 de noviembre de 1540; luego a Juan Sedano y; por último, a Luis Perdomo con más de 500 indios Churumatas en 1548.

El dato más importante será aquel que brinda la Cédula de Encomienda otorgada por el Marqués Francisco Pizarro el 22 de enero de 1540 en Cuzco a Francisco de Retamozo. Y tal cual estaba establecida por la Corona, era necesario tomar posesión de toda Encomienda. La Posesión consistía en una Ceremonia en la que participaban todos los Caciques nombrados en la Cédula, además de los Encomenderos o sus representantes. En la Ceremonia de Retamozo, solamente participaron los indios de Carangas.

Sin embargo, el Escribano Público, don Juan de los Cameros, certificó que la copia era fiel al original. También anota que, según uno de los litigantes en el pleito, Cristóbal Barba, la Cédula en cuestión era falsa. Aunque, para una mejor aclaración, el pleito entre Barba y Juan Ortiz de Zárate estaba ceñido a la posesión de dos Caciques: Aricoya y Quino. El Auto de Posesión tiene la fecha del 29 de abril de 1540.

A la muerte de Francisco de Retamozo, la Encomienda de 22 de enero de 1540 al quedar vacante, el propio Pedro de la Gasca (El Pacificador), el 28 de agosto de 1548 en el Cusco, la otorgó a Juan Ortiz de Zárate, como reconocimiento a sus participaciones en confrontaciones contra Gonzalo Pizarro y participado en la Primera Entrada española a Charcas en 1538 bajo las ordenes de Hernando Pizarro. Además, Ortiz de Zárate había formado parte de la Expedición del griego Pedro de Candia a Tarija en 1539 y de Diego de Rojas a los Chiriguanaés en 1540. Por lo tanto, podemos asegurar que, desde el preciso momento que don Juan Ortiz de Zárate recibió la Encomienda del Cacique Ysquilla, se consolidó como uno de los más prósperos empresarios de Charcas y obviamente del Valle de Tarija, iniciando la edificación y el poblamiento humano español en este valle, hechos que posteriormente serán considerados como vitales para el cumplimiento de los objetivos trazados por la Corona Española.

Pero este proceso, se inicia técnicamente el 30 de octubre de 1548 en la Ciudad de Potosí con el Auto de Posesión de la Encomienda de Juan Ortiz de Zárate, que a través de su hermano Pedro de Mendieta, tomó posesión ante el Juez Polo Ondegardo. Sin embargo, con ello comienzan los graves problemas como resultado de los ataques y destrozos por parte de los Chiriguanaés contra la propiedad española representada por Ortiz de Zárate.

Y es precisamente el 11 de septiembre de 1564, Ortiz de Zárate se dirige a la Real Audiencia de Charcas, solicitándoles ayuda para castigar a los indios Chiriguanos por los ataques efectuados. La solicitud no fue atendida en virtud a la riqueza que ostentaba Ortiz de Zárate, situación que le obligó a fines de septiembre de 1564 ingresar hasta Tarija junto a un grupo de españoles a fin de poder defender sus propiedades y sobre todo, defender a los españoles e indios que vivían en ellas. Y quizás en este período se haya producido la mayor crisis en el área de Tarija. Las muertes y destrozos y las constantes incursiones de los Chiriguanaés desde sus territorios hasta Tarija e inclusive hasta la propia ciudad de La Plata, motivaron la atención especial de la Presidencia de la Audiencia y tratar de frenar estos atropellos que, ponían en riesgo la autoridad española, pues, a pesar de las Encomiendas, varios Caciques no tributaban a la Corona y sí a los Chiriguanos.

Ante ésta situación, en agosto de 1569, Juan Ortiz de Zárate determinó viajar a España con el objeto de tramitar los poderes y comisiones para la Expedición al Río de La Plata. Fruto de sus gestiones y enorme poder económico y político, Ortiz de Zárate, celebró Capitulaciones con el Rey de España para la Conquista del Río de La Plata el 10 de julio de 1569, pero no debemos olvidar que, desde el 20 de febrero de 1567 fue nombrado condicionalmente Gobernador del Río de La Plata por Lope García de Castro. Por lo tanto, Ortiz de Zárate fue Gobernador de la Provincia del Río de La Plata desde 1573 a 1576, y falleció en Asunción el 26 de enero de 1576.

A partir del año de 1569, el Valle de Tarija fue literalmente abandonado a su suerte. En 1571, en ocasión de conocerse la pronta visita a Charcas del Virrey del Perú, don Francisco Álvarez de Toledo, se puede deducir que éste vendría a dar solución a los graves problemas.

Correspondió a Carlos V el privilegio de ser el primer Monarca en conocer sobre los apetecidos Valles de Tarija gracias a una carta-informe enviada el mes de noviembre de 1539 desde Lima por Fray Vicente de Valverde sobre la primera expedición al Valle de Tarija por el griego Pedro de Candia que partió desde Paria el 27 de junio de 1539. Luego, Felipe II será el segundo Monarca en comprometerse con el destino de Tarija. Durante su reinado, y con su Visto Bueno, se fundó oficialmente la Villa de San Bernardo de Tarija el 4 de julio de 1574 por el sevillano Luis de Fuentes y Vargas.

El Virrey Toledo, en reposo en la Ciudad de La Plata, convocó a varios españoles para definir cuándo y quién fundaría la Villa en el Valle de Tarija. Don Lorenzo Suárez de Figueroa, no aceptó la invitación Virreinal. El General Mosquera tampoco, aunque sugirió el nombre de Luis de Fuentes y Vargas que en el pasado se había desempeñado como Corregidor de Los Chichas. El Virrey Toledo, ante la urgencia del asunto, decidió invitar, a don Fernando de Zárate, Caballero del Hábito de Santiago; a don Gabriel Paniagua de Loaiza, Caballero del Hábito de Calatrava; a don Francisco de Cavalles; a don Diego de Pantoja y otros. Como ninguno de ellos aceptó el ofrecimiento para fundar una Villa en el Valle de Tarija, invitó a Luis de Fuentes y Vargas a iniciativa del Superior de los Dominicos instalados en Potosí, para convenir los términos para que éste se hiciera cargo de la fundación de la futura villa. Luis de Fuentes y Vargas arribó a la Ciudad de La Plata a comienzos del mes de enero de 1574 y se reunió con el Virrey.

Sin embargo y; para una mejor comprensión de las órdenes del Virrey Toledo, decir que, éste sancionó y promulgó en la misma Ciudad de La Plata otras dos importantes Reales Provisiones destinadas a consolidar la futura fundación de la Villa de Tarija. Esta valiosa documentación, forma parte primordial del Patrimonio Documental Indiano de la Villa de Tarija:

1. Real Provisión de 12 de marzo de 1574, mediante la cual el Virrey Toledo ordena que: «…los Caciques Principales de Talina y demás pueblos del Repartimiento de Chichas, repartiesen a la Villa de “Tarija” ciento cuarenta indios para ser distribuidos entre los pobladores españoles con el salario de un Tomín por día y maíz para su comida, por servir en edificios, labranzas y guarda de ganados…».

2. Real Provisión de 19 de mayo de 1574 instituyendo la creación y composición del Primer Cabildo de la Villa. Éste estaría conformado por: «…Dos Alcaldes Ordinarios, Cuatro Regidores Un Procurador; Un Mayordomo; Un Escribano y Un Tesorero de la Real Hacienda…».

De todas maneras, para su mejor comprensión y para los fines consiguientes, transcribo «in extenso» el texto de la Real Provisión, el documento más solemne y resolutorio de la Legislación Española de la época. Este documento, se encuentra en el VI Tomo del Corpus Documental: Historia de Tarija el año de 1997.

REAL PROVISIÓN

22 DE ENERO DE 1574

CIUDAD DE LA PLATA – CAPITAL DE LA AUDIENCIA DE CHARCAS

Don Francisco de Toledo, Mayordomo de Su Magestad, Visorrey y Capitán General en estos Reinos y Provincias del Perú, etc.- Por cuanto, después de haber llegado a esta Provincia de los Charcas en la prosecución de la visita general (que por mi persona hago para dar asiento y estabilidad en las cosas de estos reinos como Su Magestad me lo tiene cometido y encargado, vistos los daños y muertes y robos que los indios Chiriguanaes han hecho en los vasallos de Su Magestad, así españoles como indios que han estado y están en aquella frontera, he tratado con ellos medios de paz para ponerlos debajo la obediencia de Su Magestad; y ha parecido, para lo que adelante se podría ofrecer y para la defensa de los españoles e indios, vasallos de Su Magestad, que se hagan algunas poblaciones de españoles en aquella frontera, y que la primera que se hiciere sea en el Valle de Tarija, por ser de tanta importancia y reparo para los efectos susodichos y de los dichos daños; porque habiendo tratado con Luis de Fuentes, que al presente está en esta dicha Ciudad de La Plata, lo tocante a la población, se le ha cometido y encargado para que la haga en el dicho Valle de Tarija en la parte del más conveniente para la dicha defensa y de mejor sitio y comodidad para la conservación y salud de las personas que allí fueren a vivir y morar, y ordenado que la dicha población se haga con hasta cuarenta o cincuenta hombres y que se llame y nombre la Villa de San Bernardo de Tarija; y el dicho Luis de Fuentes por servir a Su Magestad quiere hacer la dicha población con los dichos cuarenta o cincuenta hombres, que para ello se le ha de dar título de Capitán y Justicia Mayor y concedérsele otras cosas que me ha pedido y suplicado para el dicho efecto.

BIBLIOGRAFIA

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| “El Colegio franciscano de Tarija y sus misiones – Noticias históricas recogidas por dos misioneros del mismo colegio» – Tipografía del Colegio de S. Buenaventura – MDCCCLXXXIV.

| “Don Luis de Fuentes y Vargas y la Fundación de Tarija». Federico Ávila y Ávila, (Sesquicentenario de la República, La Paz 1975)

Tapa del folleto, pintura al óleo: “Acto Fundacional e la Villa de Tarija – 4 de julio de 1574”. Autor: Hugo Galarza Paz (Tarija, 1974)

ELÍAS VACAFLOR DORAKIS

Tarija, (verano), 7 de enero de 2000


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