¡El Modelo Cruceño vive!

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Carlos federico Valverde Bravo

Después de comprobar, que la gana de joder a los cruceños, baja desde el poder que gobierna el país y los detractores de siempre, puedo afirmar, con absoluta certeza, que el modelo cruceño está más vivo que nunca y, como decía el memorándum de 1904, lo único que necesita del gobierno es que no nos estorbe

Más de uno sostiene que el “Modelo de desarrollo cruceño, es un proyecto fallido”, con el argumento de que, en Santa Cruz no fuimos capaces de sostener un Banco siquiera. Esa es la muestra de una ignorancia y resentimiento muy claros. En Santa Cruz hay Bancos cruceños que trabajan muy bien y apalancan el progreso regional y nacional sin problema alguno y se es sede voluntaria de otros bancos que han hecho de la ciudad capital cruceña su base, por el dinamismo de su sociedad.

Sin embargo, es cierto y, no hay por qué negarlo, lo ocurrido en Banco FASSIL nos ha golpeado mucho; nos ha “desportillado el humor social”; no es agradable lo ocurrido, pero, convengamos que el Banco FASSIL llegó hasta donde el poder y sus organizaciones de control financiero lo dejaron llegar, seguramente algún día sabremos el porqué de tanta lenidad, que no es otra cosa que: blandura, falta de rigor en exigir el cumplimiento de los deberes o en castigar las faltas (diccionario Oxford).

En este tema, todo está por descubrirse. Algún día sabremos qué pasó, sin dejar de reconocer, hoy, que hubo corrupción propia entre varios de los que lo manejaron; pero ello no involucra a Santa Cruz. El banco no era ni es “el Modelo”; el modelo es la Santa Cruz del campo, agrícola y pecuario, son las industrias y organizaciones de emprendimientos que se multiplican a diario, con la constitución de PYMES de todo tipo y, es, la Metro Santa Cruz, o, para decirlo como corresponde, es la Santa Cruz Metropolitana que no es otra cosa que el proyecto colectivo más ambicioso del país. Ese proyecto cada día se vuelve más realidad; es la posibilidad de juntar esfuerzos y sinergia entre ciudad capital y las ciudades colindantes, es decir, Santa Cruz de la Sierra, Colpa Bélgica, Cotoca, El Torno, La Guardia, Montero, Okinawa, Porongo y Warnes; en esa macro región se asientan probablemente unos 2 y medio millones de personas para hacer un proyecto integral, que sea de juntar voluntades y esfuerzos bajo un lineamiento muy claro. Costó echarlo a andar pero se lo hizo y, ahí va.

Pero no es que sólo se piense en lo metropolitano y la concentración de actividades a partir de la capital, porque eso sería repetir lo que siempre hemos criticado: “el centralismo”, de manera que en la integralidad departamental miramos y sabemos el valor de las áreas rurales de agricultura y ganadería, lo forestal, establecidas en las Tierras Bajas o la Chiquitania  o el camino al Beni, zona de la provincia Guarayos. Los Valles tienen lo suyo también; falta trabajar proyectos concretos pero están en ello.

En el inicio del Siglo XX, la Sociedad de Estudios Geográficos reclamaba la posibilidad de integrar a Santa Cruz y el Beni con occidente, por la vía de los ferrocarriles, cosa que no se hizo hasta ahora pero ya no importa tanto, en parte porque ya no tiene sentido, habiendo ya carreteras que nos permiten llegar al interior de la república. Decía entonces el Memorándum de 1904, dirigido al país:

No pedimos a nuestros compatriotas que nos traigan el progreso, como ha dicho un escritor sin sentido común. Tal vez ellos necesitan más de ese progreso que nosotros; el progreso vendrá́ paulatinamente, nosotros lo obtendremos con nuestros esfuerzos”.

119 años después, el texto citado mantiene su valor y se reactualiza; esto ocurre, justo cuando el país atraviesa una crisis estructural. Seguramente estamos como estábamos con el gobierno de la UDP, aunque sin hiper inflación -es correcto señalarlo- pero con tremendas dificultades económicas, sin RRNN, el gas se hizo gas y no tenemos proyecto serio; somos incapaces de explotar el Litio, que cada vez vale menos; el proyecto se posterga desde hace al menos 30  años. Ya casi no tenemos reservas económicas ni oro y la ley de venta se firmó hace 20 días más o menos y no hay dólares y, si hay, las comisiones subieron que se imponen a los importadores en algunos casos sobrepasan el 15%, encareciéndolo todo  (digamos que bordea los 8bs) y, esto es lo peor, el valor de las importaciones. Encarecer el dólar es encarecer la producción y el precio final de consumo; los privados no pueden producir caro para vender barato; así se achica la posibilidad de seguir produciendo; más allá de las presiones gubernamentales.

El modelo económico cruceño no es Banco FASSIL.  El Modelo es su campo; lo es, el modelo CREA, que tiene unas 20 organizaciones similares entre sí. El Modelo son, entre otros, esas organizaciones de productores que se juntan al menos una vez al mes para retroalimentarse del conocimiento de sus iguales, compartir experiencias, plantear temas y problemas que pudieran arrastrar, como el preguntar a los demás, porqué motivo la producción se ha estancado o, no aumenta en función del esfuerzo puesto y, no es porque se esté produciendo menos, sino que se tiene el convencimiento de que se lo puede hacer mejor. Y en ese clima de preguntas y respuestas, de planteos para solucionar o salir del embrollo se enriquece la cultura de la producción; en reuniones como la señalada, a la cual tuve el privilegio de asistir e, incluso preguntar, pude sentir el Modelo Cruceño en su plena extensión; como dice el Memorándum de 1904, los agropecuarios, es decir el campo cruceño sólo piden que el gobierno no estorbe, que no falte diésel, porque el campo se mueve con ese combustible (también platean entrar a la modernidad de los OGM, o transgénicos).

Los medios venimos denunciando las peripecias que se hace para abastecerse del combustible en el campo, porque todo radica en que no se detengan las máquinas, los tractores, las cosechadoras, los camiones; ese es el drama de agropecuarios e industriales (en el caso de las industrias se les quitó la posibilidad de generar su propia energía con gas, porque este también es escaso). El campo y los industriales quieren diésel y gas para evitar que se detenga la economía; los que, estamos en contacto con empresarios e industriales, con transportistas (mayores consumidores de diésel, porque son los que mueven las exportaciones e importaciones) recogemos sus preocupaciones y, sabemos que este tema es un problema estructural, porque el Estado no tiene plata y, no se hace diésel con discursos o declaraciones; la realidad es una sola: “se hace diésel, importándolo”, de ninguna otra manera, al menos por ahora, pero, YPFB debe mucho por envíos anteriores y ese es un problema real.

El Modelo está muy vivo, hace 13 años, el IBCE y el PNUD, hicieron un documental llamado “historias de migrantes exitosos en la agricultura cruceña”; si hubiera que hacerlo hoy, seguramente ya no serían 33 los protagonistas que pudieran dar su testimonio sino cientos que saben por y para qué están donde están y lo que tienen que hacer; esto es lo que no entiende el poder que insiste en el error; sostengo que no importa (aunque importe), que el portavoz y medios usen lo que esté a su alcance para distribuir listas de “los cerebros de la estafa piramidal”, sin que terminen las investigaciones, como dice la Fiscal Yolanda Aguilera.

Repito: después de haber participado en una reunión de uno de los tantos grupos CREA, simplemente confirmo mi fe en el modelo cruceño; bastó ir al campo, donde empresarios del agro, grandes y medianos, sobre todo, trabajan sin poner trabas para que, con los más pequeños (son al menos 14.000 unidades productivas) hagan realidad el proyecto. Es claro, el modelo de desarrollo cruceño funciona y tiene éxito.


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