Paros recurrentes en Aasana golpean la imagen de Bolivia

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Los constantes anuncios de paro en  la  Administración de Aeropuertos y Servicios Auxiliares a la Navegación  Aérea (Aasana) golpean la imagen de Bolivia y ponen en riesgo la seguridad operacional en terminales aéreas, advierten expertos del sector. Piden a las autoridades cumplir con obligaciones.

Los trabajadores de la entidad reclaman  por la falta de pago de sueldos y  demandan  la aprobación de un decreto supremo para viabilizar un fondo rotatorio de 83,8 millones de bolivianos.

Constantino Klaric, experto en aeronáutica,  que vivió ayer en carne propia la incertidumbre por el anuncio del paro, ya que debía viajar hoy a Miami, señaló que su vuelo en Copa Airlines se tuvo que adelantar y esto no deja de ser un perjuicio para los viajeros.

 Añadió que el reclamo de los trabajadores de Aasana por el pago de sueldos es justo,  ya que la gente trabaja para contar con un ingreso y las autoridades no pueden dejar de cumplir con las obligaciones.


“Un paro da una mala imagen, Bolivia es un paso casi obligado para los aviones porque  está en el  corazón de América Latina. Delta Airlines  pasa tres veces encima, American Airlines con destino a Buenos Aires y Santiago de Chile. Es como ir a El Alto y hay un bloqueo”, precisó.

Según Klaric, es lamentable que las autoridades, a pesar de las reuniones sostenidas con los trabajadores, no hubiesen previsto el perjuicio que se genera para el país.  “Son dos meses de conflicto. Si no hay vuelos es un perjuicio tremendo, es como para decir: no voy más hacia Bolivia. Yo debo viajar a Miami, qué tal si voy al aeropuerto y me dicen que se suspendió el vuelo, se debe gastar en hotel, es un perjuicio general ”, advirtió el experto.
 
Álvaro Munguía, abogado especialista en derecho del transporte aéreo y terrestre, coincidió que un paro genera una pésima imagen y peor si la causa está relacionada  a salarios.
 
Explicó que en el sector aeronáutico se debe garantizar  todos los recursos humanos, económico  y materiales necesarios para llevar  adelante las operaciones. “Si  no se pagan sueldos, se atenta contra la seguridad operacional, porque  se supone que esa persona que trabaja en el sector   no puede  desmotivarse y dejar de trabajar eficientemente. Los controladores deben estar pagados mejor”, apuntó Munguía.

El reglamento de infracciones, sanciones  y procedimiento especial sancionatorio de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) establece sanciones leves y graves contra operadores de aeródromo.

 Por ejemplo, la sanción grave es igual a 5.000 a 20.000 DEG (194 mil bolivianos) y  se aplica  por operar un aeródromo de uso público, que no cuente con una estructura organizativa que atienda todas las obligaciones.

La sanción rige por operar un aeródromo sin asignar los recursos para cumplir con todas las obligaciones. 

Se aplica también si no se cuenta con el suficiente personal cualificado para realizar todas las actividades críticas para la operación, mantenimiento  y la gestión de la seguridad operacional del aeródromo.

Munguía sostuvo que las sanciones deben dirigirse a las autoridades de Aasana que son las que deben garantizar el cumplimiento de obligaciones.  Si  hay  paro,  quién controlará el espacio aéreo y  las torres de control.


 Además,  los pasajeros que sean afectados por el paro pueden exigir una indemnización por el retraso o suspensión de sus vuelos nacionales o al exterior.

Paros anteriores

No es la primera vez que los trabajadores de Aasana se movilizan. En octubre del año pasado una huelga paralizó los aeropuertos del país y en esta gestión el 20 de mayo hubo otro paro en demanda de pago de salarios.

Ese día no hubo operaciones aéreas y el Gobierno se comprometió a cumplir con las demandas salariales, pero trabajadores dicen que se incumplió.
 

Agencias de turismo denuncian perjuicio

La Asociación Boliviana de Agencias de Viajes y Turismo (Abavyt)  advierte  que las medidas de presión en aeropuertos generan perjuicios al sector y atentan a la reactivación del turismo.

 Estas acciones no sólo perjudican a los pasajeros, sino a toda la cadena de valor del turismo. “Por ejemplo, si a un pasajero  que debería estar en tránsito en Santa Cruz, con destino final en Brasil, le cancelaron su vuelo, éste deberá pagar su estadía en el hotel, alimentación, transporte de su propio bolsillo”, indica Abavyt.

Alerta que si estos problemas son repentinos y constantes, las aerolíneas prefiern cambiar de ruta y no llegar a Bolivia. “Este efecto causa pérdidas económicas a muchos actores involucrados y a su vez paralizan la decisión de realizar o programar viajes hacia y desde territorios nacionales e internacionales”, señala la asociación.

 Pide  al Gobierno generar certidumbre a la ciudadanía, pasajeros y futuros viajeros.

Página Siete


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