Oyuki Sato de 27 años falleció el pasado jueves tras dar a luz a mellizos, un varón y una niña, en el Hospital de Rurrenabaque, Beni. El esposo de la víctima, Domingo Novo, denuncia negligencia médica porque, según asegura, su esposa recibió malos tratos y se le negó la cesárea para tener a sus bebés, lo que derivó en su fallecimiento.
Novo en contacto con ANF contó que su pareja y madre de otros tres niños peregrinó por atención médica varios días antes del alumbramiento, e incluso aseguró que la ginecóloga S.P. del nosocomio de Rurrenabaque, se negó a practicarle la cesárea y la «obligó» a tener a sus bebés de forma natural, pese a que cada uno pesaba más de tres kilos.
«Mi esposa ya estaba mal antes del 17 (de abril) y fue al hospital, pero no la atendieron. Ese día estaba con dolores y no ha dormido nada. Al día siguiente, retornamos, no estaba su doctora. La llevaron a Emergencias, ahí piden papeles, el historial clínico. En la ecografía todo salía bien y la prepararon para cirugía, pero la doctora me dijo no se le va hacer la operación, va a tener normal», remarcó.
Esa decisión de la médica asustó no solo a Novo, sino también a sus familiares que ya temían lo peor por el riesgo que representaba un embarazo de mellizos. El hombre intentó disuadir a la ginecóloga, pero la respuesta era la misma, aseguró.
«Le dije que su último embarazo fue complicado e iba a ser peor con los dos bebés, más difícil, pero no me ha escuchado y le ha reñido nomás a mi esposa. Incluso, le ha dicho ‘Oyuki eso va ser bueno para los pulmones de los niños’, y mi esposa, dice: ‘bueno, ella sabe’. Le pregunté a la doctora si me garantizaba que todo iba a salir bien y me ha dicho que no podía garantizar nada y que todo estaría bien, y mire lo que ha pasado», lamentó.
Domingo estuvo acompañando a su pareja en la sala de parto, para transmitirle tranquilidad, y relató que fue testigo de cómo trataron a la madre de sus hijos que se quejaba por el dolor y el sufrimiento iba en aumento. Luego del nacimiento del primer bebé, alistaban a Oyuki, para el segundo que venía en posición transversal.
«El primero estaba encajado para salir, la segunda estaba de nalgas, la niña nació después de 21 minutos del otro y la doctora dijo que era normal. Le metían la mano en la vagina e intentaban acomodar a la niña que prácticamente la sacaron a empellones«, indicó.
Tras media hora del parto, la progenitora comenzó a desangrarse, de acuerdo al relato de su pareja. Los médicos decidieron operarla para detener el sangrado.
«Resulta que le quitaron la matriz. Mi esposa cuando salió de esa operación, todavía consciente me dijo ‘la doctora se salió con su gusto, me sacaron la matriz‘. Los médicos me entregaron dos bolsas, en una la placenta y en otra la matriz de mi esposa», añadió.
Horas más tarde, la salud de Oyuki se deterioró aún más, la hemorragia regresó y los galenos del nosocomio decidieron trasladarla hasta Trinidad para que reciba atención especializada, pero sólo había una ambulancia disponible y estaba en mal estado. Pero, aun así, el tiempo era apremiante y la demora en carretera sería larga.
Con la ayuda de su jefe, Domingo pudo conseguir una avioneta para el día siguiente y trasladaron a su esposa.
«Volamos de Rurrenabaque a Trinidad a la 9.15, tuvo una crisis en la avioneta, luego se hincho, se desfiguro totalmente mi esposa. Le pregunte al doctor si estaba mal, pero ellos insistían en que estaba bien. Tardamos como 20 minutos del Aeropuerto al hospital y una media hora después, me informan que murió», dijo.
Oyuki fue enterrada el sábado en medio del dolor de sus retoños y la desolación de su pareja y amigos, que piden justicia a las autoridades.
«Me siento muy dolido, quedarse con gemelos más tres hijos es difícil. No quiero dinero, quiero que esto quede reflejado y que no vuelva a suceder con otra persona, es muy doloroso, duele mucho perder a un ser querido, no tengo dinero para un abogado, quiero que me ayuden, que se siente un precedente», remarcó.
Por su parte, la directora del Hospital de Rurrenabaque, Lidia Villca, declaró a ANF que Oyuki era una paciente con una complicación de atonía uterina (consiste en que el útero no se contrae luego de la expulsión de la placenta y es la primera causa de hemorragia después del parto). Dijo que ese factor es una causa de muerte a nivel mundial.
Consultada por qué no se le practicó una cesárea a Oyuki para facilitar el alumbramiento de los mellizos, Villca argumentó que la ginecóloga de su nosocomio «hizo lo que tenía que hacer» y evitó dar más detalles al respecto.
«Son cosas muy delicadas, ahorita no estoy en el trabajo, no podría dar la información mientras no tenga el historial clínico de la paciente. La doctora ginecóloga les ha explicado a los familiares, la complicación que tuvo la señora y se hizo todo lo que tenía que hacerse», finalizó.
La directora se comprometió a brindar el número telefónico de la ginecóloga S.P. que atendió a Oyuki para que de su versión de los hechos, pero hasta el cierre de la nota, no fue posible obtener el dato.
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