En el Cementerio General, 7.000 cadáveres tienen los días contados.

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El Cementerio General de Tarija alberga cuerpos desde 1947 y desde hace 10 años colapsó por la cantidad que actualmente supera los 70.000, de los cuales unos 7.000 deben ser retirados porque pasó su tiempo de permanencia, los familiares dejaron de cancelar las anualidades y porque fueron abandonados. La solución para rescatar esos espacios es la cremación.

Desde el 18 de febrero de 2019 empezó a funcionar de manera oficial el Crematorio Municipal, informó el responsable de la Secretaría de Desarrollo Humano de la Alcaldía, Rodrigo Fuenzálida, luego de que se completar la documentación pertinente, se emitiera el decreto edil y pasara por todas las pruebas pertinentes sobre emisión de gases y lograra su ficha ambiental.

Los estudios y exámenes fueron realizados por el laboratorio de consultoría ambiental “Étnica”, y concluyó que los niveles de emisión de monóxido de carbono, monóxido de nitrógeno, dióxido de azufre, dióxido de carbono y la contaminación que podría haber por aire emitido se encuentran muy por debajo de los niveles permitidos.

Requisitos

A su turno, el responsable del Crematorio Municipal, Miguel Ángel Guarachi Cáceres, que desde su entrada en funcionamiento se incineraron dos cuerpos de manera particular, se trataba de uno fresco y otro que se encontraba en el rango de los 5 a 10 años de fallecido.

Para cremar un resto es necesario presentar un certificado de defunción del médico, otro del Registro Civil, la fotocopia de la cédula de identidad del familiar directo solicitante. Existen varias categorías: A, cuerpos frescos de adultos, el costo es de 1250 bolivianos. B, cuerpos frescos de menores de edad, hasta los 12 años 900 bolivianos. C, restos óseos de cinco a 10 años de fallecidos, 600 bolivianos. D, cuerpos de menores de edad, 300 bolivianos y E para los cuerpos de más de 10 años de fallecidos 250 bolivianos.

Al respecto, el administrador del Cementerio General, Ariel Zamora Gutiérrezcontó que uno de los objetivos para la instalación del crematorio es recuperar espacios, hace más de 10 años que el cementerio colapsó, por lo que se optó por incinerar las osamentas que superaron los cinco años de no cancelar las anualidades. “Desde 2015 hasta la fecha se sacaron unos 150 cuerpos por año y se recuperaron esos sitios, tanto nichos como en tierra” agregó.

“Este crematorio será un beneficio –dijo-, se necesita descongestionar los espacios del Cementerio, por ejemplo hay instituciones como los municipales que tienen tres mausoleos que ya están llenos, lo mismo el de los beneméritos, de los transportistas, de la Universidad, es a ellos que les brindaremos los servicios de cremación”.

Por otra parte, argumentó, también supone un ahorro de dinero para los particulares, por ejemplo, el cajón más barato para el entierro cuesta 3.000 bolivianos, el nicho por cinco años 1.205, mientras que la cremación de un cuerpo fresco está en 1250, una pequeña urna, la más barata 100 bolivianos y un pequeño nicho otros 100 bolivianos por cinco años. “Así los familiares ahorran dinero y el cementerio espacio”, sentenció.

Informó que al momento se emitieron 1.500 notificaciones para el retiro de restos óseos abandonados, los van desalojando de acuerdo a la demanda y al mes se creman por esta razón entre cinco y siete cuerpos.

EL APUNTE

En noviembre de 2018, la Secretaría de Cultura y Turismo del Gobierno Municipal comunicó al administrador del Cementerio General, Ariel Zamora, que iniciaron la elaboración de una propuesta para declarar como patrimonio al camposanto y ponerle el nombre de quien lo construyó, Isaac Attie. También se contempla que las calles que se encuentran en su interior lleven nombres de santos, en vez de estar numeradas o señaladas con letras del abecedario.

En la actualidad cuenta con 14 calles, 59 manzanos y más de tres cuarteles, cada uno con un promedio de 500 nichos construidos en diferentes niveles.

EL DATO

Incinerar un cuerpo de un adulto recién fallecido cuesta 1.250 bolivianos. Para los cumplieron más de 10 años son 250.

ElPaís


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