Clan alquilaba inmuebles y los vendía.

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Vendían viviendas alquiladas como si fueran suyas. La Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen de Los Tusequis desarticuló este fin de semana una supuesta organización delincuencial dedicada a estafar dinero con viviendas alquiladas. La aprehensión de uno de los implicados por parte de una víctima que lo reconoció caminando por la Universidad Domingo Savio permitió la aprehensión de todos los imputados. El jefe de la Felcc, Gonzalo Medina Sánchez, confirmó la detención de seis personas, cuatro varones y dos mujeres, dedicados a delinquir en sociedad engañando a sus víctimas con ventas o anticréticos ficticios. De acuerdo a la autoridad, el modus operandi de los sospechosos era ubicar casas en alquiler o anticrético y hacer pagos por adelantado de hasta 3 a 4 meses a los verdaderos propietarios. Consecuentemente, se daban tiempo para fraguar documentación con los datos exactos del inmueble que en lo posterior lo ofertaban en anticrético como suyos y una vez que recibían el dinero desaparecían. «En ciertos casos lo colocaban a la venta por montos razonables y los verdaderos dueños se enteraban que sus casas fueron vendidas o dadas en anticrético cuando iban a cobrar sus alquileres», dijo Medina.

Varias identidades. En la fundamentación de la conferencia de prensa, el jefe policial identificó como el cabecilla de la organización a José Miguel Colque Ávila (El Gordo) que se hacía llamar Daniel Parada Soliz o Remberto Rojas Méndez. El resto de la organización fueron identificados como Scarlet Mamani Almanza (la doctora), trabajaba directamente con Colque, era la encargada de tomar contacto con los interesados en la compra de terrenos o viviendas. Su tarea era recoger el dinero una vez concretado sus negocios ilícitos.

Lorena Flores Ledezma  era la designada en hacer seguimiento y monitoreo vía whatssap de las personas interesadas en inmuebles para luego captarlas. La mujer es pareja de «El Gordo» y encargada de contestar las llamadas. Ever Faustino Tapia Veizaga era chofer de la organización  y con el nombre de Víctor Hugo Zeballos captaban domicilios en calidad de arrendamiento. Daniel Bonilla Fernández, quien se hacía pasar como sobrino y primo de Gustavo, siendo así que el mismo se encargaba de realizar el encargo del pago del alquiler de los inmuebles captados para las estafas. En su inmueble se colectó sellos adulterados y demás objetos que serían utilizados para la comisión de los ilícitos. José Manuel Moreno Campos hacía de chofer para las diferentes actividades realizadas por el grupo delictivo. Medina resaltó que ahora existe un convenio en red con los notarios de fe pública justamente para desnudar estas estafas sea en compra o venta de terrenos que con solo enviar los carnets de identidad se orienta si son verdaderos o falsos. Las estafas bordean el millón de dólares.

6 Personas
quedaron detenidas vinculada al clan de estafadores.


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