Bonos de emergencia COVID-19 representan Bs 4.860 millones.

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inherentes a paliar la seguridad alimentaria de la población, por la emergencia sanitaria del coronavirus (COVID-19), ‘no son como se dice; tampoco como se piensa’. Los tres bonos (familia, canasta básica y universal), incluido el pago del consumo de electricidad y agua potable, representan al Estado un total de Bs 4.860 millones, equivalente a $us. 698 millones, como revela la información del Ministerio de Economía y Finanzas Públicas.

Ante el imperativo de la población de dónde provienen esos recursos, se da cuenta que ese dinero sale: una parte de un crédito del Banco Central de Bolivia (BCB) y el resto de la cooperación de organismos internacionales. Al mismo tiempo, como lo reafirmó estos días José Luis Parada, Ministro de Economía y Finanzas, esos desembolsos que benefician a 8,4 millones de ciudadanos bolivianos, tampoco provienen de las arcas de las Reservas Internacionales Netas (RIN) que, al 31 de diciembre de 2019, cerró en $us 6.467,5 millones.

En ese contexto, la información que El Día tuvo acceso da cuenta que de esos Bs 4.860 millones inyectados directamente para los 8,4 millones de ciudadanos, los tres bonos representan el 84% consistentes Bs 4.080 millones. En tanto el restante 16% de los recursos que son Bs 570 millones para pago de consumo de electricidad y Bs 210 millones por consumo de agua potable, suman un total Bs 780 millones. El pago de ambos servicios beneficiara a una población de 2,6 millones de hogares del país.

En el desglose de cómo se vienen implementando los bonos, como refieren los datos del Ministerio de Economía y Finanzas Públicas, se tiene primero al bono Familia, cuyos beneficiarios son los estudiantes del nivel inicial, primario y secundario, con un monto de Bs 500 por persona. El total de dicho beneficio alcanza a 3,2 millones de niños y jóvenes del país. En total, representa al Estado un desembolso total de Bs 1.600 millones. El bono Canasta familiar, que beneficia con Bs 400 a familias pobres y personas con discapacidad, tiene un alcance para 1,2 millones de personas, alcanza a un total de Bs 480 millones. 

Y el tercer bono, denominado Universal, es para la población no asalariada, que no tiene la posibilidad de recibir ninguno de los anteriores bonos y para personas mayores de 18 años. Espera beneficiar con Bs 500 y tiene previsto llegar a 4,0 millones de personas, para ello se ha previsto un costo total de Bs 2.000 millones. En total los tres bonos representan Bs 4.080 millones.

El gobierno de Jeanine Añez, para hacer frente a la pandemia del coronavirus que pone en riesgo la vida de los bolivianos, además de adoptar la emergencia sanitaria como la cuarentena que paraliza la actividad económica del país, viene implementando medidas de emergencia al shock de la oferta y demanda, inyectándoles recursos en el bolsillo de la gente para paliar en algo, la seguridad alimentaria de la población. 

El ministro Parada, en las últimas horas ha manifestado que por día se está pagando a un promedio de 160 mil beneficiarios. Además, destacó que los bonos que el gobierno entrega a la población alcanza a un promedio de $us 70 por persona. Por su parte, los economistas, German Molina, Roberto Laserna y Gary Rodriguez, destacan como una medida acertada esta especie de ‘bonificación’ del país, en la lógica natural de primero la vida y después la economía, ante la amenaza de una inusual pandemia como el coronavirus.
“La entrega de dinero en efectivo está buscando aliviar la pérdida de ingresos en los hogares debido a la cuarentena. Es probable que la mayor parte de ese dinero se gaste en alimentos, y como hay cierta flexibilidad para productores y comerciantes de alimentos, lo que estamos viviendo es una economía reducida a lo esencial”, señala el economista Laserna. 

Por su parte Rodriguez, que a la vez es Gerente General del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), señala que el gobierno está actuando en la dirección correcta la emisión de estos bonos más o la cesión de estos bonos a sectores vulnerables. “Era necesario la medida que la cuarentena no se flexibilice. La gente no puede estar sin ingresos, tiene que alimentarse y creo que eso apunta, además, que son de carácter transitorio. La incidencia se va a dar por el lado de la demanda, que va a crecer y eso es algo bueno porque habrá producción nacional para atenderla”, enfatizó.

Molina, infiere algo básico al señalar que el bien mayor es la vida de los bolivianos, luego está la economía, por ello la política económica no convencional se orienta prioritariamente al fortalecimiento del sector salud y la economía boliviana. “Por ello, el principio general es el de financiar inmediatamente este violento y profundo choque de oferta y demanda. Este financiamiento solo lo puede hacer el Tesoro General de la Nación (TGN), con cargo a recuperar parte del mismo en el futuro cercano”, concluye.


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