Hay grupos cristianos que no aceptan ‘convivir’ con amautas y gais.

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El proyecto de ley de libertad religiosa, organizaciones religiosas y creencias espirituales, que se aprobó el miércoles en la Cámara de Diputados, generó un debate que se calienta al interior de las iglesias cristianas. Hay grupos que la apoyan, porque podrán acceder a beneficios como una personería jurídica, y otros que la consideran un espaldarazo al MAS y no admiten la “convivencia pacífica” en la misma norma con amautas o santeros porque consideran que practican actividades ‘diabólicas’, incluso ven que les impide rechazar las prácticas homosexuales, que para ellos son “reñidas con la fe”.

Alberto Salcedo, pastor de Eklessía, iglesia evangélica que tiene más de 20.000 fieles, es un defensor de la norma y señaló que se la consensuó en mesas de trabajo que se realizan en la Cancillería desde 2014. Sostiene que no representa una sola denominación religiosa, sino que es un trabajo muy profundo y que tomó mucho tiempo para llegar a acuerdos. “Nadie nos impuso una ley, sino que esta se trabajó entre todos”, explicó.

En el otro lado de la vereda, el pastor Luis Aruquipa, fundador del Consejo Nacional Cristiano (CNC) ve un objetivo político y que los beneficiados con esta ley serán “el MAS y sus amautas”.

El exmagistrado de justicia, Iván Lima apuntó que si hay un punto criticado por muchas iglesias evangélicas es el concepto de tolerancia. “Molesta estar en una misma ley con otras cosmovisiones diferentes a la de esa religión, eso está marcado en la ley”, dijo.

Salcedo destacó que la ley se trabajó de manera consensuada, y relató que en el proceso hubo reuniones con los ministros de Educación, de Economía, de Justicia, de Culturas, sus representantes y sus asesores. También se reunieron con Impuestos Nacionales, la Aduana y el Viceministerio de Tributación para construir una norma que, en el caso particular de los cristianos, les permita ser reconocidos como lo que son: “organizaciones religiosas en general, y una iglesia en lo particular”.

El pastor Aruquipa marca distancia desde la redacción de la exposición de motivos, que señala textualmente que las “organizaciones religiosas y de creencias espirituales se constituirán en fuerzas vivas del proceso”. “Lo que el MAS quiere hacer es someter a la iglesia, nos están diciendo que nuestro dios debe ser el proceso de cambio”, consideró.

Tanto el pastor Aruquipa como el diputado opositor Julio Grover Huanca reclaman que la ley ponga en la misma bolsa a los cristianos con amautas, chamanes y santeros. “En el artículo 7, inciso b, se indica que se debe promover la convivencia pacífica con distintas religiones, cultos y creencias espirituales”, dijo Aruquipa.


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