Era habitual hacer las compras de indumentaria en los mercados: Guadalquivir, Barrientos Ortuño y distintas boutiques. Sin embargo existe una competencia desleal (ropa usada), que se va incorporando en los distintos negocios de vestuario dentro del casco viejo de la ciudad de Tarija, afectando a las tiendas del mismo rubro, que emiten facturas y pagan impuestos y a la producción nacional.
Ricarda Ortiz (consumidora comenta): “A veces cuesta adaptarse, uno se acostumbra a comprarse en el centro; a mí me causa un impacto, que se exhiba como ropa nueva. Ya me pasó que al final, me enteré que ingrese a una tienda de ropa americana; y luego afuera veo los precios y me digo, ¿cómo no me di cuenta? Y después termino quedándome”.
“Yo digo, con el tiempo va rebasar a las boutiques y negocios de vestir. Ahora veo que se han extendido en la calle Daniel Campos, Bolívar, Cochabamba, y zona de San Roque. Actualmente ya no es ropa no más, hay vajillas, tiendas de regalitos, lo que uno quiere, hay todo. Uno como consumidor se confunde”. Añadió Ortiz
Por otro lado, Juani Cáceres dueña de un negocio de ropa usada fundamenta: “Lo que buscamos no es perjudicar a los que traen ropa nacional, sino que los aranceles son muy elevados para traer ropa legalmente, tendrían que bajar un poco para que toda la gente traiga vestimenta nueva”.
“La ropa nacional se hace con materiales muy desechables; la gente compra el hilo y la tela muy barata; y no te duran mucho, y es que no se puede aumentar calidad a un costo muy bajo. Hay mucha competencia”. Argumentó Cáceres.
NuevoSur
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