Dos de las personas detenidas por el intento de magnicidio en contra de la vicepresidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, continuaron con el plan de asesinarla después del primer fallido intento, ocurrido el 1 de septiembre.
Así lo revelan conversaciones de WhatsApp descubiertas por los investigadores de la causa judicial, que inició esa noche con la detención de Fernando Sabag Montiel, el hombre de 35 años que disparó dos veces contra la vicepresidenta mientras saludaba a los militantes reunidos en las afueras de su casa. Las balas no salieron gracias a que la pistola falló.
Más tarde, la novia de Sabag Montiel, Brenda Uliarte, se comunicó con Nicolás Gabriel Carrizo, el supuesto jefe de un grupo de vendedores callejeros de algodones de azúcar al que ella pertenecía.
«La próxima voy y gatillo yo, Nando falló. Yo sí sé disparar bien, no me tiembla la mano», le escribió la joven, de 23 años, a Carrizo, quien le preguntó si todavía quería hacerlo.
«Te juro que sí. Y no me va a fallar el tiro, pero hay que pensarlo bien. Pasa que Nando no tiene mucha práctica. Le tembló el pulso», respondió Uliarte al referirse a su novio, que en ese momento ya estaba detenido.
Ambos comenzaron a especular en lo que podría pasar con ellos.
Los diálogos
Carrizo: «Te vincularon con el caso. Te diría que vengas acá».
Uliarte: «¿Posta, que saben mis datos? Estoy en un lugar seguro, tranqui ustedes no tienen nada que ver. Lo que decimos que quede acá».
Carrizo: «Si saliste por todos los medios. Sos la novia».
Uliarte: «Sí, pero si me escondo no va a pasar. No me van a encontrar. Yo sé lo que te digo».
Pero Uliarte estaba equivocada. El 4 de septiembre fue detenida al salir de una estación de tren, con el cabello recién pintado de rubio, y ya fue procesada junto con Sabag Montiel. En sus celulares se encontraron chats que demostraron que comenzaron a planear el homicidio de Fernández de Kirchner en abril, cuando consiguieron un arma.
Carrizo, en tanto, fue capturado hace una semana. Los chats de su teléfono también se convirtieron en una prueba más de la investigación que llevan adelante la jueza María Eugenia Capuchetti y el fiscal Carlos Rívolo.
Una de las conversaciones es del 23 de agosto, un día después de que la fiscalía pidiera 12 años de prisión para Fernández de Kirchner en un juicio en el que está acusada de presunta corrupción.
Carrizo: «Ya se les acabó la joda».
Uliarte: «Sí, que la saquen a la mierda. No puedo creer que hay gente que todavía la defiende. Hace falta alguien que vaya con un fierro y le pegue un corchazo a Cristina».
Hoy, además de Sabag Montiel, Uliarte y Carrizo, está detenida Agustina Díaz, una amiga con la que la joven también hablaba de asesinar a la vicepresidenta.
FUENTE : EL PAIS
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