Sin protección, crece el número de niños que hacen trabajos peligrosos

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Tiene 16 años y no le asusta el cargo ad honorem de coordinadora nacional de la Unión de Niñas, Niños y Adolescentes Trabajadores de Bolivia (Unatsbo), asumido desde agosto de 2021.

Nacida en Potosí, a los 11 Esperanza Flores Bautista se dio cuenta de que eran insuficientes los ingresos económicos de un hogar conformado por padre minero, madre ama de casa y siete hijos, con ella como primogénita.
Sus pininos laborales tuvieron que ver con la venta de gelatina, refresco y meriendas de media mañana en las canchas de fútbol. Sus primeras ganancias se destinaron a recreos, útiles escolares y aportes para la casa. A los 13 años pasó a ser mesera en un restaurante y actualmente vende verduras en ferias de fin de semana, dice que para dedicar tiempo a su cargo nacional. 

El feriado de Viernes Santo de Esperanza tuvo una agenda de entrevistas y reuniones para tratar una realidad, la de menores trabajadores, que según el más reciente informe de la Defensoría del Pueblo muestra un panorama para nada favorable.

El estudio, presentado el 11 de abril de este año, observó que el Estado vulnera el derecho a la protección de Niñas, niños y adolescentes trabajadores (NNAT’s). 

Una comparación entre 2016 y 2019 mostró un incremento en el trabajo infantil (ejercido por menores de 5 a 13 años), de 382.000 a 403.000, contrariamente a lo que indica la norma boliviana, que establece 14 años como edad mínima.

 Asimismo, de un total de 724.000 menores de 5 a 17 años de edad en actividad laboral, el 19% ejerce un trabajo peligroso por su naturaleza o condición.

Según Nadia Cruz, defensora interina del pueblo, las vulneraciones se dan debido a que el Estado no ha desarrollado los planes y programas establecidos en la norma para proteger a esta población y porque las instancias competentes no cuentan con registros y no hacen inspecciones específicas para verificar sus condiciones laborales, entre otras deficiencias.

“No vemos hasta ahora la mirada de las autoridades nacionales sobre nosotros, nos apoyamos más en ONG, no dependemos del Gobierno”, explicó Esperanza.
De acuerdo a la coordinadora nacional de Unatsbo, cuando se encuentran con situaciones de explotación laboral infantil y adolescente, apoyan a las víctimas, pero muchas de ellas no quieren denunciar porque saben que la burocracia es muy grande. 

“Nos mandan de aquí para allá, cansa, y en ese tiempo del proceso hasta dejamos de trabajar y eso nos afecta solo a nosotros”, lamentó.

Esperanza aprovechó la coyuntura para lanzar una indirecta al aparato público responsable de la niñez. Según ella, los menores trabajadores generan movimiento económico, no solo los adultos, y aunque no se reconozca, hacen un “trabajo digno” que sobrevive en el día a día, no en pagos mensuales, “privilegio del que gozan los servidores públicos”.

Dos posturas
Existen dos visiones sobre el trabajo infantil y adolescente, la erradicacionista, gestada por actores internacionales como la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que sostiene que el trabajo en menores debe eliminarse porque pone en riesgo su desarrollo integral, y la mirada de los NNAT’s, denominada teoría crítica, que reconoce que la actividad laboral en los menores es una realidad. 

“Muchas veces me han preguntado si está bien que un niño trabaje, pero la realidad nos obliga, no se trata solo de decir que no está permitido a cierta edad, primero hay que entender por qué el niño se ha iniciado laboralmente”, dijo Esperanza.

Coincidió con ella Luz Apaza, de Pastoral Cáritas Potosí, que apoya a Unatsbo.

 “Todos quisiéramos que los niños no trabajen. La pregunta debería ser, ¿creemos que las autoridades tienen visión de niñez? Cuando el trabajo infantil obedece a estructuras económicas, sociales y políticas. Nosotros trabajamos para que no sean explotados, y que si bien trabajan, cumplan sus sueños, que no se queden en el debería. Que trabajen, pero que no dejen de estudiar”, enfatizó.
Precisamente, uno de los aspectos más aplaudidos por los m
iembros de Unatsbo es el bajo índice de deserción escolar de sus miembros.

Según Apaza, en esta organización de menores trabajadores no se practica el asistencialismo, sino que se forma en liderazgo, toma de decisiones, desarrollo de habilidades, elaboración de proyectos, análisis de coyuntura, etc.

Entre las estrategias utilizadas, se capta a los NNAT´s en los colegios, pero el alcance no es suficiente. Puso como ejemplo a Potosí, donde solo han atrapado la atención de 840 menores entre 5 y 17 años, “no llegamos ni siquiera al 5%”, indicó.

Pandemia
Apaza lamentó que la labor de organizaciones como Unatsbo sea fluctuante porque se apoya en proyectos que concluyen y a veces los educadores trabajan sin cobrar.

A eso se suma la realidad de los niveles del Estado. El informe defensorial mostró que del total de municipios encuestados en los nueve departamentos, solo el 12% 88% realizó registros y autorizaciones del trabajo adolescente, como manda la norma.

Con la pandemia, muchos NNAT´s de las bases de Unatsbo desaparecieron en todos los departamentos, y recién se los está volviendo a reclutar. Esperanza cree que es necesario que acudan a Unatsbo.
“Desde que yo entré entendí que no soy menos por trabajar, dejó de afectarme que los compañeros de colegio y la sociedad me miren como ‘pobrecita’. Lo que buscamos los NNAT´s es progresar, cosa que no harán hasta los 18 años los que nos cuestionan”, dijo.

El único oficio, hasta la fecha, no permitido a Esperanza en su hogar, es la minería. Para ella fue una posibilidad en pandemia y su padre le prohibió siquiera pensarlo, a pesar de que es la mayor fuente de ingresos en Potosí.
“Mi papá no quiso porque la mayoría de los que trabajan en eso tienen una enfermedad debido a ese oficio, a menudo hay muertes por derrumbes, caída de planchas, etc.

 Ahora mismo puede estar ocurriendo un accidente a un adolescente y por lo general nosotros solventamos nuestros gastos médicos. El 80% de los NNAT’s en Potosí se dedica a la minería”, dijo sobre uno de los oficios considerados peligrosos, igual que la zafra en el oriente del país.

En el informe defensorial, Cruz dijo que entre los planes no desarrollados por el Estado figuran el de Prevención y protección social para menores de 14 años en actividad laboral y para la Eliminación de las determinantes de actividades laborales peligrosas y atentatorios a la dignidad e integridad de los NNAT´s.

FUENTE : EL DEBER


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