Ana Lía Gonzales conquistó montañas con las polleras puestas y hoy amplía sus desafíos

Compartir Noticia

El 16 de diciembre de 2015 Lía Gonzales tocó el cielo con las manos. Llegó tan lejos en su vida que desde allá cualquier problema o reto le parecía casi insignificante. La mujer que ingresaba al mundo de los treintañeros logró escalar los 6.088 metros de altitud del Huayna Potosí. Desde entonces hasta ahora, afirma,  le gusta plantearse desafíos difíciles, duros… altos.

Esta semana Lía participó en Colombia en el IX Foro Regional de Alimentación Escolar para América Latina y el Caribe. De a poco conquista otros espacios, en busca de conseguir sus objetivos de mujer “rebelde”.

Familia en el cielo

Liita, como la gente que la conoce le dice de cariño, tiene sus más gratos recuerdos bien guardados.

“Mis padres me abrieron este camino para sentir esta pasión por las montañas, por parte de mi padre Agustín Gonzales, que es guía de alta montaña, formado en la Asociación de Guías de Montaña y Trekking de Bolivia (Agmtb – Guía Uiamg), me hizo enfrentar a mis miedos y lo consideré mi héroe y ejemplo a seguir; con mi madre Dora Magueño, ella ya como cocinera de alta montaña más de 25 años y amiga de la montaña, hemos logrado llegar a las cimas de Bolivia que están arriba de los 6.000 metros sobre el nivel del mar”, comenta.

Ella siempre miraba a papá y mamá desde abajo: con respeto y orgullo. “De niña los admiraba y soñaba ser como mi padre. Desde la primera vez que logré hacer cima en el Huayna Potosí, el 16 de diciembre 2015, con el primer grupo no pude dejar de escalar. Escalar se volvió mi vida, mi pasión, mi experiencia, mi caja de sueños. Y me ha enseñado que lo que sueñas con trabajo, se cumple”.

El cerro es una metáfora para Liita. “Sajama que es la montaña más alta de Bolivia, por eso es símbolo de fuerza, empoderamiento, trabajo y constancia”, dice Liita, que recientemente volvió de Barranquilla, Colombia; estuvo allí en representación del país.

Hablemos de valor

Ésta es la escena: Liita siente que el vacío la absorbe y cae sin que su vida dependa de ella… era parte de su curso de formación en la Asociación de Guías de Montaña. “Fue duro superar ese miedo y esperar a que un compañero de cordada (un grupo de escaladores sujetos por una misma cuerda) te saque de ahí. Fue difícil esperar y esperar mientras sientes que podría tocarte algún rato pasar lo mismo en una peor situación. Podría pasarle a cualquiera porque la montaña no dice si eres hombre o mujer”. Sí, muchas veces su vida pende de una soga y de la solidaridad del equipo de trabajo.

En ese curso donde fue a caer en una grieta como parte de su formación, ella consiguió aprender a ser más autónoma en las alturas. En el cielo y en la tierra ha logrado conquistar sus objetivos planteados. Es presidenta de la Fundación Cholitas Escaladoras y Trekking Maya, guía de trekking y curso de preformación en alta montaña. Además es licenciada en Turismo de la Universidad Mayor de San Andrés y profesora de nivel primario.

En su tiempo libre ella se dedica a estudiar plantas y le gusta sacar fotografías en su comunidad de Cañaviri, ubicada en el municipio de Zongo del departamento de La Paz.

¿Qué tan lejos puedes llegar?

Mira atrás, mira abajo y hace una evaluación breve. “Sí, mucha gente me reconoce y eso me sorprende. No esperé nunca ser reconocida y tratada con tanto cariño y afecto por muchos amigos que ahora tengo en el extranjero y en mi Bolivia”, explica.

Con las Cholitas Escaladoras visitó Polonia junto con su madre Dora Magueño. “Fue el regalo de nuestras vidas porque habíamos logrado llegar a las cimas de todas las montañas que nos lo habíamos propuesto en Bolivia. Fue un regalo reconocido y fehaciente de nuestra familia polaca Marzena Wystrach y Cristofer; ellos gestionaron todo y con mucho cariño”, explica emocionada.

Continúa: “Siempre les estaré muy agradecida porque el recuerdo de estar en Polonia y visitar tantos lugares con montañas, refugios, pistas de esquí… allí se realiza el festival más importante en el que son reconocidos grandes escaladores. Queda en nuestra mente y en el corazón”.

Luego estuvo en Ushuaia, la tierra de fuego en Argentina. Allá fue invitada con su madre y demostró con creces que no le teme a las alturas. Es más, esquió y guarda esa experiencia, una de las mejores de su vida.

Visitó la provincia argentina de Mendoza; fue a Bilbao y León en España; y llegó al nevado Ojos del Salado, en Chile. En el extranjero presentó la película Cholitas, en la cual participa junto con su madre.

Cuando la edad y el género no importan

Liita estuvo durante cuatro días en la caliente ciudad de Barranquilla, allí representó a Bolivia en un foro internacional sobre alimentación escolar. Ella tiene experiencia trabajando con niños, lo cual es otra de sus pasiones. “Me sentí feliz, con mucha responsabilidad sobre mi espalda y con el sentimiento de que una nunca deja de aprender. La preparación y la  constancia para llevar con responsabilidad a la rojo, amarillo y verde me motivan ahora mucho más”, afirma.

Después de conocer las experiencias en otros países en relación con la alimentación escolar, ella quedó con la ilusión de trabajar en ese rubro. Liita, por su parte, hizo una presentación que fue aplaudida por los demás exponentes. “Después de mi intervención con panelistas de alto nivel y otros muy humildes me sentí feliz porque  lo que di lo hice de corazón y con preparación. Y más cuando lo hago con mis polleras puestas, las cuales me identifican como aymara por mis raíces”.

A la hora de alzar banderas, ella tiene una reivindicación: “El mensaje que doy principalmente a las mujeres es que sean ‘rebeldes’ en el buen sentido, para que nunca nadie les diga que no pueden. Que descubran lo maravillosas que somos, que nos admiremos  unas a otras. No debemos sentir envidia de ninguna otra, más al contrario nos apoyaremos, seamos auténticas, que se rompan los estereotipos. Mi mensaje es que no dejemos de soñar, alimentemos nuestros  sueños, nuestro espíritu y nuestros conocimientos”.

Es el espejo de su hogar. Respeta a papá y mamá. Aprendió de ellos que el deporte sirve para dar un mensaje de fortaleza. Y, otra enseñanza que da a las mujeres es que se sientan fuertes. Dice: “No hay edad, no hay género, yo les digo que se sientan seguras de sí mismas”. Liita es un ejemplo de lucha, pues cayó en una grieta y salió… mirando hacia arriba.
Los objetivos de las Cholitas Escaladoras?Mama Pacha es la campaña que emprenden las Cholitas Escaladoras Maya. Esta iniciativa tiene el fin de promover igualdad de género, denunciar los hechos de violencia y romper estereotipos  de género.

Ellas son mujeres indígenas que preservan sus raíces y ascienden las montañas más altas de Latino América para hacer flamear sus polleras; además practican un deporte extremo que era considerado, hasta hace años, exclusivo de los varones. Son también las embajadoras de la campaña Únete, de la Entidad de las Naciones Unidas por la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres (ONU Mujeres).

Lía Gonzales es la lideresa de este equipo de mujeres rebeldes que se enfrentan a las tareas complicadas y siempre  salen triunfadoras.

En su trabajo de ascenso a las montañas, el conjunto escala a peligrosas cumbres donde las temperaturas descienden sin lío hasta los 30 grados bajo cero. Para llegar a la cima deben caminar más de 18 horas con un clima que es capaz de congelar los pies y las manos, pero no su objetivo. Allá en las alturas lucen con orgullo sus polleras. En el país ya han conquistado montañas a más de 6.000 metros de altitud.

Su trabajo fue reconocido en el  documental Cholitas, que se estrenó en España y fue visto en algunas salas de Sudamérica. Esta obra se llevó una serie de premios internacionales.

Aunque las tareas en la montaña son complicadas para Liita, ella asegura que hay otras montañas más difíciles que conquistar.

Una labor dificultosa es que se respeten los derechos de las mujeres en el país. Ésta es una tarea aún por escalar y conquistar.

FUENTE : PAGINA SIETE


Compartir Noticia

Comentarios