En su niñez Mery Mamani cuidaba las vacas; hoy se prepara para cursar una maestría en EEUU

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Muchos años atrás la vida de Mery Mamani era una sucesión de días en los cuales ella partía su tiempo entre la escuela y las labores de casa, allá en la comunidad altiplánica de Villandrani, en el lejano Distrito 9 de El Alto. Una de sus ocupaciones extraescolares era colaborar en las tareas del campo y atender a las seis vacas que su familia criaba.

Por entonces también era feliz jugueteando con las palabras que le permitían armar imágenes en su cabeza. Disfrutaba de vocales y consonantes mientras ordeñaba vacas hasta que salió bachiller e ingresó a la universidad… siempre quiso estudiar, viajar y conocer distintos lugares. Poco a poco sus deseos se le hacen realidad; en la actualidad tiene 26 años y está a punto de irse a Estados Unidos para hacer una maestría. Bueno, casi a punto, su viaje está programado para junio.

¿Quejarse? Que se quejen otros

“Yo soy de la comunidad Villandrani, Distrito 9 de la ciudad de El Alto. Es parte del área rural y probablemente no es una zona muy conocida porque es una pequeña comunidad que se encuentra casi al medio de la carretera a Copacabana y la carretera a Laja”, explica Mery al mediodía del miércoles 9 de marzo, bajo un sol inclemente.

En su comunidad el sol suele ser más inclemente aún, en la chacra de su familia hay poca sombra y muchas necesidades. Allá algunas cosas se dicen con otro nombre: por ejemplo lo que puede nombrarse trabajo en VIllandrani es normalidad. “Yo he estudiado en mi comunidad, allá he terminado el bachiller y no trabajaba, pero sí ayudaba en el hogar. Ahí mis papás y la comunidad se dedican a la ganadería, la agricultura y la lechería. Yo ahí también ayudaba en esas labores, estudiaba por la mañana y por la tarde ya me encargaba de los animales”.

Había que salir de la cama a las seis de la mañana y cada persona tenía una labor que cumplir, no era obligación era simplemente una forma natural de vida, tan natural como es ver salir el sol o sentir el frío que se metía por las paredes de adobe.

La familia de Mery está conformada por su mamá, María Macías de Mamani, su papá José Mamani Cauna, el hermano mayor es Rubén y la hermana menor Marina; durante sus años de escuela tenían seis vacas, seis ovejas, dos chanchos y varias gallinas. “Teníamos nuestros deberes; antes de ir al colegio yo me encargaba de las vacas, recogía la bosta, ayudaba a ordeñar, limpiaba… ése era mi deber y luego me iba”, explica con una voz suave. En sus ratos libres cumplía con sus labores escolares, las cuales jamás fueron una dificultad inquebrantable para ella.

José Mamani, María Macías de Mamani y la estudiosa Mery. / Foto: Mery Mamani

La vida de Mery fue abundante en respeto y unión familiar. Además ella resultó ser una esponja para los estudios. Al salir bachiller sus padres  la animaron a seguir por el camino del conocimiento. Mery andaba enamorada de las palabras, su conjugación, estructura y los diferentes idiomas existentes en el mundo; decidió seguir la carrera de Lingüística en la Universidad Pública de El Alto (UPEA). “Estando en la universidad también he ayudado a mis padres segando la cebada, escarbando la papa, haciendo chuño, pisando chuño”, relata la joven que se trasladó un poco más cerca de la zona urbana para acudir a la UPEA.

Su periodo universitario no fue nada traumatizante en el aspecto académico; ella aprobó su carrera con un promedio de 82 puntos sobre 100. Durante sus años de estudio nunca dejó de colaborar a su familia. “En la universidad he tenido que trabajar ayudándoles a mis papás. Estaba a cargo de segar la cebada, escarbar la papa y hacer chuño. Recuerdo que pisando chuño he ayudado”.

No se desliga del hogar, es más esta semana estuvo trabajando la tierra. Advierte que la producción de este año estará buena y que en unos días más comenzará la cosecha.

No tiene un trabajo estable, tiene varios. “Hasta el momento me he dedicado a hacer diferentes cosas, pero  un poquito más me he ido por lo que es la enseñanza del idioma aymara, he trabajado en pequeños y grandes institutos. Actualmente estoy encargada de algunas traducciones y pensando en el viaje de la maestría. Llegar hasta Estados Unidos es algo que no tenía en mente, pero sí en algún momento tuve ese sueño, ese objetivo de salir afuera para trabajar, estudiar o conocer”, explica Mery, la mujer que habla tres idiomas: aymara, español e inglés.

Ella no va detrás de modelos en su vida, hace su propio camino y, dice, se siente bendecida. “Tuve la oportunidad de estudiar, tuve la oportunidad de hacer un gran recorrido en mi vida y en la universidad y ahora está el viaje, para mí todo esto es muy importante”.

Admirables

No sigue modelos, pero sí admira a las mujeres aymaras. “Nosotras aún seguimos siendo relegadas por más que digan que todos somos iguales en derechos. Hay personas que aún creen que la mujer debe dedicarse exclusivamente a cosas del hogar, a los hijos, a la cocina y esas cosas. Hoy en día vemos que las mujeres no solamente se dedican a las labores domésticas sino que también se dedican a la construcción, a la conducción y a otras actividades que en el pasado eran exclusivas de los hombres”.

Mery continúa: “En las ferias hay mucha artesanía y tejidos maravillosos ¿quiénes hacen todo aquello? las  mujeres aymaras. Entonces una mujer aymara no tiene porqué sentirse relegada, pienso que ellas tienen algo tan valioso como una profesión, aunque sin un cartón. Yo valoro mucho a las personas del campo porque son personas que despiertan temprano y duermen tarde. Ellas no descansan en los 365 días que tenemos en el año, ellas no descansan porque su trabajo es continuo. Trabajan a momentos con los animales o bien en la agricultura… no hay descanso”.

Pese a este escenario complicado Mery sí logró acabar el colegio, la universidad y ahora va por la maestría en Lenguas Nativo Americanas y Lingüística en la Universidad de Arizona.

Ella es la primera mujer aymara que comenzará a estudiar una maestría en lingüística en una universidad de Estados Unidos.

El curso tiene duración de un año. Al acabar, Mery tiene pensado retornar al país y continuar con su trabajo en el ámbito de la enseñanza, le gusta compartir sus conocimientos… y de paso va a cuidar la chacra de su familia.El perfil de Mery

  • Datos • Mery Mamani Macias nació en la localidad de Vllandrani, que está en el Distrito 9 de El Alto. Es hija de José y María. Tiene dos hermanos, ella es la del medio.
  • Preparación • Tras concluir el bachillerato, ingresó a la carrera de Lingüística de la Universidad Pública de El Alto.
  • Maestría • Mery Mamani ha sido aceptada en el programa de Maestría en Lenguas Nativo Americanas y Lingüística en la Universidad de Arizona, Estados Unidos. Irá allá en junio y se prevé que estudie durante un año.
  • Hito • Mery Mamani es la primera mujer aymara en estudiar una maestría en lingüística e Estados Unidos.
  • Preparación • En 2021 fue reconocida en el Segundo Coloquio Internacional de Lingüística que se realizó en el país. Su investigación fue: Direccionalidad y movimiento asociado en Aymara de Villandrani.

FUENTE : PAGINA SIETE


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