La defensa de la coca y narcovuelos mueven la nueva agenda de Bolivia con Perú.

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Las policías antidroga de Bolivia y Perú, que habían emitido señales de preocupación por el incremento de operaciones del “puente aéreo” de la cocaína, se reúnen hoy en La Paz para acordar un plan contra esa ilícita actividad. El encuentro coincidirá con una nueva visita a Lima del expresidente Evo Morales, el aliado político más visible del nuevo mandatario peruano, Pedro Castillo.

Ya en Lima, el también líder del gobernante Movimiento Al Socialismo (MAS) salió en defensa del consumo legal de la coca, en una disertación ante dirigentes sociales y sindicales del vecino país.

Así comienza a moverse la nueva agenda política con Perú en la era de Pedro Castillo, quien juró al cargo el pasado 28 de julio.

“Este 12 de agosto tendremos nuestra primera reunión bilateral con Perú, precisamente para fortalecer la cooperación y trabajo conjunto, enfocándonos en esta condición del puente aéreo que básicamente involucra a Perú, Bolivia, Paraguay y Brasil”, declaró el ministro boliviano de Gobierno, Eduardo del Castillo, en una rueda de prensa en la que mostró los resultados de recientes confiscaciones de cocaína en la fronteriza población de Desaguadero con una afectación de $us 4 millones a las organizaciones criminales.

La Felcn también se incautó de dos vehículos de alto tonelaje, entre ellos un cisterna que se usó para camuflar las operaciones del narcotráfico en la frontera.

La fuerza antidroga de Perú había detectado al menos cuatro rutas por donde los alijos de pasta base de cocaína transitan a Bolivia. La droga es purificada o pasa por el país antes de ser transportada hasta la frontera con Brasil o Paraguay. Desde allí es enviada a mercados clandestinos en ultramar, situados en África y Europa.

Además, este tráfico ilegal incluye operaciones de resguardo y control que están a cargo de agentes de los resabios del grupo irregular peruano Sendero Luminoso, así como enviados del Comando Vermelho y el Primer Comando de la Capital (PCC), que están a cargo del “puente aéreo”, según el informe Tendencias de las redes criminales de tráfico ilícito de drogas de Perú – 2020, publicado este año por la Dirección Antidrogas (Dirandro) de Perú.

El martes por la tarde, Morales ingresó a Perú por Desaguadero. Desde allí viajó a Juliaca para tomar un vuelo comercial a Lima. Fue un recorrido similar al que cumplió la última semana de julio, cuando participó en la toma de posesión de Pedro Castillo.

En esta oportunidad, Morales se reunió con dirigentes en un foro desarrollado en la Universidad Las Américas. Fue invitado por la Federación de Trabajadores en la Educación de Perú. Allí defendió la coca. “Saben bien, soy dirigente cocalero. Vendo la hoja de coca y no defendemos la cocaína, pero sí vamos a defender la hoja de coca y está demostrado que es alimento y medicamento”, afirmó el líder del MAS, quien en julio había anunciado la creación de un “consejo andino de la coca” ante los productores del arbusto.

Entonces participaron líderes como el congresista Guillermo Bermejo y el nuevo premier peruano, Julio Bellido, quien fue procesado por supuestos roces con organizaciones irregulares cercanas a la región del Vraem, la zona donde se produce la mayor cantidad de coca y cocaína del país. De ese valle salen los narcovuelos que preocupan a las autoridades de ambas naciones.

Evo también se reunió ayer con comunidades campesinas en la plaza Bolognesi de Lima, sin descartar un encuentro con Castillo.

Sobre su cercanía al mandatario, Morales negó que sea su asesor, aunque no descartó más visitas y una mayor coordinación.


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