La Cámara Boliviana del Libro se declaró en emergencia ante la crisis sanitaria que ha paralizado el país debido al coronavirus y propone al Gobierno una serie de medidas para revitalizar el sector librero y editorial nacional, entre ellas flexibilizar las restricciones para retomar la venta de libros.
A través de un comunicado la entidad se adhirió a los requerimientos que ha planteado el sector industrial en el país y propone una serie de medidas para resolver las necesidades específicas del gremio.
Una de las propuestas se enfoca en que se incluyan las actividades de producción, edición y venta de libros entre las actividades esenciales para la sociedad y permitir que las librerías y editoriales puedan reiniciar sus actividades. Esto “en el marco del respeto a las regulaciones sanitarias, bajo la modalidad de encargo y despacho de libros; lo que implica flexibilizar las restricciones que afectan la logística y distribución de la venta de libros”, indica el comunicado firmado por la presidenta de la Cámara Boliviana del libro, Ana María Justiniano de Artigas.
Además, señala que es imperativo establecer inmediatamente un programa de compras estatales que permita incrementar los volúmenes de libros en las bibliotecas públicas del país y las bibliotecas escolares y universitarias que dependen del Estado, para fortalecer sus colecciones y mejorar sus servicios de cara a la población. El programa de compras estatales debe tener dos componentes: Mercado escolar y mercado de bibliotecas.
A ello se suma la sugerencia de “realizar las compras institucionales y estatales de libros empleando la normativa vigente, acudiendo exclusivamente a aquellas unidades económicas legalmente establecidas y que cumplan rigurosamente las leyes de derechos de auto vigentes en el país. Para ello, solicitamos que se establezca como requisito indispensable para las entidades adjudicadas, la pertenencia a una de las Cámaras Departamentales del Libro”, establece el comunicado firmado el pasado 23 de abril.
A estas sugerencias se suman: Apoyar, fortalecer y crear espacios comerciales; eximir del pago de las cargas patronales a las pymes editoriales, distribuidores y librerías; y subsidiar el pago de alquileres de locales comerciales para las empresas del sector del libro.
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