Equipos de guardia reducidos a sólo tres o cuatro personas en los hospitales sostienen el sistema público de salud en medio de la emergencia sanitaria. Se ha replegado a los médicos internos y similar medida se determinó para los médicos de planta mayores de 60 años. Los que quedan no tienen insumos de bioseguridad.
“Los médicos internos, a nivel nacional, se han replegado de todo el sistema público de salud. Hoy hacemos la guardia solo un médico de planta y dos o tres residentes. Estos últimos (que son médicos titulados que están haciendo una especialidad) son los que están llevando la mayor carga. Para ellos no hay ni los insumos de seguridad”, señaló el secretario general del Sindicato de Ramas Médicas de Salud Pública (Sirmes), Fernando Romero.
Los médicos internos son estudiantes de último año que se forman junto a los residentes y médicos de planta. Hacen guardias, ven temas administrativos, hacen las recetas, realizan rondas en sala y deben seguir la evolución de los pacientes, siempre bajo supervisión. Ahora todo su trabajo recaerá en los residentes y médicos de planta, que hoy ya trabajan en guardias de 24 horas.
“Antes trabajábamos todos los días en ciertos horarios, además nuestro turno, ahora lo hacemos en guardias de 24 horas. Antes para éstas teníamos unos cuatro internos, pero ahora en cada servicio sólo somos tres residentes y el médico de planta.
Atendemos emergencias y a los pacientes de las salas de internación. Ahora también debemos hacer la labor del interno: recetas, laboratorios, indicaciones, ingresos, los consentimientos con los familiares, etc. El residente que ya está en un nivel avanzado atiende con el médico de planta”, relata una de las médicas residentes de quien guardamos en reserva su identidad.
En el caso de las cirugías pasa lo mismo. En el servicio de obstetricia, los partos y cesáreas no se detienen. Mientras uno de los residentes hace los papeleos los otros entran a quirófano a o atienden los alumbramientos. Salen y entran de estas salas para, además, atender las emergencias.
“El manejo de las historias clínica está empezando a ser deficiente, tres personas no pueden hacer todo el trabajo. Para los médicos de planta la cosa se está agravando porque muchos son mayores de 60 años y se están quedando pocos. En algunos servicios tres médicos están haciendo el trabajo de 10 y como no siempre están -o están en cirugía- los pacientes deben esperar y Emergencias se satura”, cuenta otro residente.
El domingo tras una reunión con autoridades gubernamentales, el presidente del Colegio Médico de La Paz, Luis Larrea, anunció el repliegue de los galenos mayores de 60. En Cochabamba ya se procedió al retiro que significó un 38% del personal de los galenos.
En La Paz, el repliegue de médicos mayores e internos significa la pérdida de un tercio del equipo médico del sistema de salud pública. “Este repliegue nos va a colocar en aprietos porque estos profesionales son especialistas. Por ejemplo en el Hospital de la Mujer el 90% de los anestesiólogos son mayores de 60 años. Si ellos se van nos van a dejar a varios servicios sin profesionales. Tampoco hay ítems que alcancen para reemplazar a los más de 400 colegas que se estarían retirando con esta medida”, dijo el dirigente de Sirmes.
Tampoco hay –añadió- especialistas que puedan reemplazar a este sector ya que la capacidad de formación en el país es muy baja. Lamentó que el sistema público de salud y la universidad tengan debilidades para formar especialistas.
“Por ejemplo, en imagenología al año se forman solo dos especialistas en todo el departamento de La Paz, ellos no van a poder cubrir la demanda de todo el sistema. No es el único ejemplo: no hay intensivistas, obstetras de alto riesgo ni perinatólogos. Esta crisis nos tiene que obligar a cambiar esta situación”, manifestó Romero.
Por este motivo el repliegue en algunos servicios fue detenido por unos días hasta que se pueda ver alternativas para suplirlos. “Si ellos también se van no podremos atender a la demanda de los pacientes, que no solo son por el coronavirus. Entendemos que hay que resguardar a nuestros compañeros pero la medida debe venir con una solución y con el remplazo de los profesionales”, dijo el secretario del Sirmes.
A ello se suma que los galenos que quedan en los hospitales no cuentan con insumos de bioseguridad. Aunque Autoridades nacionales, departamentales y municipales señalan que brindan la dotación ésta es insuficiente. “Al complejo hospitalario de Miraflores llegaron muy pocos elementos. A los residentes se les reparte un barbijo y un gorro desechable que les debe durar 24 horas, aunque por protocolo estos deben ser cambiados cada dos horas”, dijo un residente.
Romero resaltó el trabajo de los galenos. “Va el agradecimiento a los residentes y médicos jóvenes porque son quienes están sosteniendo el sistema en este momento. Se quedan 24 horas y la pelean duro. El equipamiento de seguridad que llega es muy poco. El lunes debía llegar pero solo fueron algunos barbijos y gorras”, lamentó.
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