El inesperado mensaje del cura a los ladrones que lo golpearon y le robaron medio «palo»

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Un cura fue asaltado en una casa de la ciudad de La Plata por dos delincuentes que lo golpearon a patadas, lo maniataron y finalmente le robaron 500 mil pesos que había recaudado para la construcción de viviendas «para los pobres».

El hecho ocurrió este lunes a las 5.30 mientras el párroco Espósito Pérez (77) tomaba mate en el patio trasero de la residencia para curas en la que vive, ubicada en calle 62 entre 24 y 25, de La Plata.

De acuerdo a los informantes, los dos ladrones ingresaron al terreno por una vivienda lindera, tras saltar la medianera que separa ambas propiedades, y uno de ellos se abalanzó sobre Pérez.

En ese momento los delincuentes, que vestían de negro y portaban armas de fuego, redujeron al cura y lo obligaron a ingresar en la residencia, tras lo cual lo ataron con precintos.

«Fue antes de las seis de la mañana. Estaba tomando mate y se abalanzaron sobre mí, me ataron con precintos, me taparon la boca, me patearon un poco acá en la cara. Agarraron todo lo que había y se fueron», dijo el cura en declaraciones a la prensa en la puerta de su casa este martes a la mañana.

Pérez, quien aún tenía las muñecas lesionadas por los precintos y moretones en el rostro, contó que cuando los delincuentes huyeron, los despidió «perdonándoles lo que habían hecho». 

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«Como tenía precintos también en los tobillos, me arrastré hasta encontrar una tijera y corté los precintos. Así pude caminar y pedí ayuda, pero tardé más de media hora», relató.

Luego, reveló que el dinero que le robaron los delincuentes lo había sacado de una cuenta bancaria días atrás y que estaba destinado a la construcción de viviendas para gente humilde de la zona.

Además, explicó que como consecuencia del asalto, decidió extremar las medidas de seguridad en el lugar, con la colocación de cámaras de seguridad y el refuerzo de las cerraduras, como así también adoptar un perro «para que ladre cuando vea a alguien a quien no conoce».

Finalmente, el cura contó que además del dinero, los delincuentes se apoderaron de «relojes que tenía de recuerdo y una medallita de oro».

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