Analistas plantean nuevas elecciones y gobierno de transición para salir de la crisis.

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Los analistas Marcelo Silva y Carlos Cordero coincidieron que la solución a la crisis política debe ser “electoral”, es decir, la convocatoria a nuevas elecciones y analizar un “gobierno de transición”, porque el presidente Evo Morales y el vicepresidente Álvaro García Linera terminan su mandato el 22 de enero de 2020.

El complejo escenario político ha devenido producto de varios factores, la desgastada credibilidad de los vocales del Tribunal Supremo Electoral (TSE) y en su independencia, y la cuestionada administración del proceso electoral, entre ellos, del sistema de Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (TREP).

El detonante fue la suspensión sorpresiva de la transmisión de datos el domingo 20 de octubre a las 19.40, al 83,76% de actas verificadas se perfilaba una segunda vuelta entre Morales y el candidato presidencia de CC, Carlos Mesa, casi 24 horas después se produjo un giro político lo que generó mayor desconfianza en la transparencia del proceso.

“La salida es elecciones, que sean elecciones en el corto o mediano plazo eso es algo que lo debe definir el Gobierno juntamente la oposición política”, sostiene el analista, Carlos Cordero, para quien la auditoría que empezó la OEA carece de legitimidad “está negada”, dijo.

La suspensión del TREP generó la demanda de la “reposición de la segunda vuelta”, posteriormente surgió la propuesta de una auditoría, luego se planteó nuevas elecciones y los últimos cabildos exigen la renuncia de Morales y García Linera.

Marcelo Silva analiza que en los escenarios “inciertos y mutantes”, es decir, que van cambiado, tanto en lo discursivo como en las acciones, está claro que es fundamental un “diálogo” y “negociación” convocado por el Jefe del Estado con los actores políticos y de la sociedad civil.

En la línea de Cordero, Silva considera que la salida política a la situación de “polarización” que no se había visto en los últimos 10 años, son unos nuevos comicios electorales.

Cordero se anima a plantear incluso que haya un “gobierno de transición” a partir del 22 de enero de 2020, porque a las 16.00 de ese día termina el mandato de Morales y García Linera, por lo que considera innecesario pedirles sus renuncias.

La Constitución Política del Estado prevé una sucesión constitucional, en este caso las autoridades cumplen su mandato, pero ni los presidentes del Senado ni de Diputados podrían asumir, porque también terminan su legislatura, por lo tanto, cree que el presidente del Tribunal Supremo de Justicia tendría que asumir la presidencia hasta convocar a elecciones.

Silva cree que es compleja la situación, porque existen estos temas que deben ser resueltos, es decir, “habría gobierno de transición, no habría; el mandato finaliza el 22 de enero; las elecciones se realizarán antes de esta fecha; quiénes llevarían adelante las elecciones”, entre otros asuntos.

Ambos analistas, por separado, convinieron que un nuevo proceso electoral no puede estar en manos de los actuales vocales del Tribunal Supremo Electoral, hecho que también dificultaría una convocatoria en los términos que el presidente del Comité pro Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, planteó, es decir, el 15 de diciembre.

“El tiempo está contra Evo Morales”, porque la presión es en contra del Jefe del Estado, porque las denuncias de fraude están orientadas a sostener que el partido beneficiado de la presunta irregularidad es el MAS.

No obstante, para Silva la situación es compleja también para Mesa, porque a su candidatura “le convenía una segunda vuelta”, pero para las organizaciones esta ya no es una demanda, por lo que es clave su decisión si acepta o no un nuevo proceso electoral.

“No sé si tendría asegurada su candidatura. De alguna manera se entiende su silencio”, sostuvo, al señalar que es evidente un “distanciamiento” entre el discurso de Mesa y los comités cívicos que ahora plantean la nulidad de las elecciones, nuevos comicios y renuncia de Morales.

Sin embargo, otro es el criterio de Cordero, asegura que Mesa sigue siendo el “interlocutor” de la oposición en esta coyuntura política, porque responde a 2,2 millones de ciudadanos que apoyaron su elección.

“Quién tiene respaldo, ¿Marco Pumari?, ¿Waldo Albarracín?, ¿José Luis Álvarez? ¿Ellos tienen dos millones de votos? y aunque medio millón de personas hubiera coreado “Ni Evo, ni Mesa”, hay 2,2 millones que dieron su voto por Mesa”, sostuvo el analista Cordero.

Acotó que en el nuevo proceso electoral corresponde que el presidente Morales y Mesa participen, negarles son criterios “autoritarios”. “Yo voy a ser el primero en defender que Evo Morales vaya a las elecciones”, manifestó.

En cambio, Silva insiste en la complejidad de la situación, porque la repostulación de Morales y García Linera fue el tema que originó todas las críticas y cuestionamientos a este proceso electoral, aunque comentó que todos esos temas deben ser parte del diálogo y la negociación política.


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