El Ministerio de Hidrocarburos ha rebajado el objetivo de reservas de gas que el país debía alcanzar hasta 2025, fecha del bicentenario y sobre la que el Gobierno ha desarrollado sus planes de futuro. Si hasta marzo de este mismo 2019 se pretendía alcanzar los 20 trillones de pies cúbicos (TCF por sus siglas en inglés), desde el domingo 30 de junio de 2019 el objetivo es de 15 trillones de pies cúbicos.
“El negocio de los últimos 13 años ha sido 55.603 millones de dólares, de esos 37.479 millones de dólares es para el Estado boliviano, esperamos como reto que el año 2025 podamos certificar las reservas cerca de 15 TCF”, dijo el ministro de Hidrocarburos Luis Alberto Sánchez el domingo 30 de junio de 2019 en una entrevista con el programa televisivo El Pueblo es Noticia del canal estatal.
Sin embargo, en otra nota oficial de su despacho el 28 de marzo había asegurado una cifra superior. “Actualmente tenemos las reservas de gas más importantes de la historia del país, si continuamos con este ritmo de inversiones para la exploración y explotación de nuevos campos, estimo que hasta 2025 podemos duplicar la cantidad de reservas a 20 TCF”, resaltó el ministro Luis Alberto Sánchez en Radio Patria Nueva el 28 de marzo de 2019.
Descenso
Consumo
La suma de reservas probadas, probables y posibles sumó en 2018 14,7 TCF; en 2013 17,10 TCF y en 2009 20.
Las declaraciones de marzo del ministro Sánchez se produjeron luego de que se empezara a ordenar el sector tras la cruenta batalla con las autoridades argentinas, que se saldó con un anexo al contrato de exportación a la baja para los próximos dos años, con el que el país vecino prevé ahorrar 450 millones de dólares y cuando aún no se conocía que Brasil había empezado a comprar la mitad del mínimo del gas que le exige su contrato.
Pese a que la normativa vigente obliga a certificar reservas con una consultora internacional de forma anual, la última se hizo en 2017 y no se presentaron los resultados hasta agosto de 2018. La anterior se había hecho en 2013 y la anterior, en 2009.
La última certificación, única en la era Sánchez pese a las obligaciones normativas de hacerlo anualmente, fue realizada por la empresa canadiense Sproule, que indicó que las reservas probadas eran de 10,7 trillones de pies cúbicos, efectivamente en crecimiento respecto a las anteriores ediciones. Las probables se quedaron en 1,8 TCF más y las posibles en 2,2 TCF.
En 2013, la también canadiense GLJ certificó 10,45 TCF probados; 3,50 TCF probables y 4,15 TCF en posibles. Anteriormente, en 2009, la Ryder Scott, que vino a sincerar los “fantásticos” números proyectados en la gestión de Sánchez de Lozada para justificar el proyecto del GNL por Chile, indicó que había 9,9 TCF probados, 3,71 probables y 6,27 TCF posibles.
Más allá de las perspectivas, algunos expertos habían advertido que en realidad con la inversión en desarrollo de campos, se estaban convirtiendo las reservas probables en probadas y las posibles en probables, pero que no se estaban incorporando de forma efectiva nuevos TCF a las reservas del país.
Efectivamente, en 2009 se habían certificado en conjunto 20 TCF; en 2013 17,10 TCF y en 2018 14,7 TCF, una proyección a la baja casi matemática tomando en cuenta que se consumen anualmente entre 0,6 y 0,7 TCF en el mercado interno y de exportación.
Hasta 2018, Argentina compraba entre 14 y 18 millones de metros cúbicos diarios, Brasil 24 y el mercado interno se llevaba entre 12 y 14. En la actualidad se ha rebajado la venta a Brasil.
Las apuestas de riesgo en la gestión de Evo
El problema con las reservas se viene advirtiendo desde el comienzo de la gestión de Evo Morales, ya que los contratos finalmente consentidos con las operadoras no han dado resultados y YPFB tampoco ha adquirido competencias para trabajar en solitario.
En los últimos años, el Ministerio de Hidrocarburos ha apostado por perforar en áreas protegidas como Tariquía e incluso ha concesionado un área entre Chuquisaca y Santa Cruz a una empresa especialista en fracking.
ElPaís
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