El cineasta boliviano, Marcos Loayza, afirmó el jueves que la nueva Ley del Cine y Arte Audiovisual promulgada por el presidente Evo Morales en diciembre de 2018, promoverá la calidad de la producción cinematográfica y que esa sea estable en Bolivia.
«Creo que podemos ver con esperanza esta nueva norma, que va a tardar unos 120 días en ser implementada, hasta que salga el reglamento, pero me imagino que para 2020 ya vamos a tener una producción estable, porque con una producción estable se mejorará la calidad productiva en todos los rubros y por lo tanto las películas serán mejores», indicó en entrevista con la televisora Abya Yala.
Loayza se refirió al tema, en el marco de la conmemoración del Día del Cine Boliviano, que se recuerda cada 21 de marzo, luego de que, en 2007, mediante decreto supremo se declarara esa fecha como el día del séptimo arte en el país, en recuerdo de un año más del asesinato del padre jesuita Luis Espinal Camps.
El cineasta dijo que la promulgación de la Ley del Cine fue un «buen paso» para el sector en el país, ya que se podrá contar con un «dinero estable» para realizar producciones cinematográficas, ya que con la anterior norma no se tenía un fomento «real», pues se prestaba dinero al sector, el cual en algunos casos llegó a pagar hasta 34% por intereses, o no llegaban a invertirse realmente en el cine, sino en otras cosas como viajes.
«Todo eso hizo que haya un bajón en la producción boliviana, aunque a partir de 2005 todo lo que se hizo en cuanto al cine, fue por esfuerzos propios», sostuvo.
Loayza, además dijo que, con una mejor producción boliviana, la población se interesará más en el cine nacional, ya que con la película «Averno» y «La Muralla», se mostró que la gente se está «reconciliando» con el cine nacional, y se ve que hay un cambio de actitud.
«Soy optimista, y creo que cuando haya más películas de mejor calidad (…) gracias a un buen presupuesto se harán muchas buenas películas», sostuvo.
No obstante, el cineasta lamentó que no haya escuelas de guionistas, debido a que los tiempos han cambiado y se requiere de guiones actuales y un debate entre dramaturgos y quienes hacen los libretos, lo cual dijo es una «gran debilidad» para el sector, situación que hay que cambiar.
ABI
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