La falta de apoyo económico de las autoridades gubernativas y municipales impide la protección de los yacimientos paleontológicos y arqueológicos que posee la Cuenca de Tarija y por esa razón no se puede explotar un turismo científico que en el futuro puede ser sostenible.
El director del Museo Nacional de Paleontología y Arqueología de Tarija, Freddy Paredes Ríos, apuntó que lamentablemente muchos de esos sitios no son protegidos porque existen personas que van en busca de tesoros, pero solo encuentran cerámica y en vez de cuidarla, la destruyen.
Afloramientos
Cuando en los sitios donde hay ciertos afloramientos, ya sean de material arqueológico, antropológico o paleontológico, se protegen, esto permite hacer ciencia, investigar y sacar resultados de este material, y el Museo Nacional es el indicado para hacer esos trabajos.
Por esta razón, en el caso de la Gobernación y las alcaldías deben contemplar en su Plan Operativo Anual (POA) recursos económicos para estas tareas porque si no lo contemplan –sostuvo Paredes-, no saben lo que tienen.
Esas instituciones, recomendó, ya sean la Gobernación o las alcaldías deben programar qué es lo que van a cuidar, pero no existen políticas de gestión a pesar que el departamento cuenta con la Ley 162 de Protección del Patrimonio Cultural, pero que no está reglamentada. “En realidad toda la Cuenca de Tarija está cubierta de estos yacimientos, todos los municipios tienen algo que proteger, si no lo están haciendo es por falta de responsabilidad y desconocimiento”, agregó.
Por otra parte, indicó que muchos lugares con yacimientos paleontológicos de importancia se abrieron al turismo sin que tengan protección, lo cual no hace sostenible a esta actividad. Se debe empezar con tareas de evaluación del sitio, darle el valor necesario y ver de qué manera cuidarlo.
“Es necesario llevar adelante esta tarea, no se puede hablar de turismo sin cuidar este patrimonio, hay sitios que se pueden reconstruir en el caso de muros o el tipo de lugar en el que vivían, en el caso de la paleontología se puede recuperar el material y devolver la sitio una réplica, de esta manera los originales resguardados”, recomendó.
Pero eso requiere inversión, puntualizó, además que se necesita una sumatoria de esfuerzos para beneficiar tanto a los que llevan visitantes como los dueños del sitio, que son las comunidades y recién se podrá hablar de un turismo sostenible basado en un trabajo de investigación, recuperación y protección, y el efecto será el conocimiento que tendrá la población acerca de lo que posee.
En la misma línea, el responsable de Arqueología y Paleontología de la Dirección de Gestión Cultural y Patrimonio de la Gobernación, Willer Flores, informó que una tarea que realizan cuando visitan los municipios es motivarlos a que promulguen su ley de conservación y protección de su heredad cultural arqueológica y paleontológica, además de su biodiversidad.
“Cada región y cada municipio tiene sus propias características, se empezó con Cercado y ya debería haberse promulgado la norma también están en curso en los gobiernos ediles de Entre Ríos y Bermejo”.
Adelantó que en las próximas semanas realizará un mapeo de ciertos lugares arqueológicos en Yunchará, porque en una comunidad de esta región, Tojo, se hallaron de manera fortuita -cuando una empresa hizo excavaciones para zapatas destinadas a un tinglado de un colegio-cuatro tumbas de las cuales se recuperaron algunas osamentas y piezas antiguas.
EL DATO
La Unesco en el pasado recomendó que todo sitio para la apertura al turismo primero debe ser protegido.
ElPaís
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