Acusan a tres policías de cometer estos delitos. Ellos, al aprovechar la noche, entraban a las celdas de las mujeres y luego las amenazaban para evitar quejas.
C. P. y M. R. son dos mujeres que llegaron a la carceleta de Reyes, Beni, con detención preventiva, pero nunca imaginaron que les esperaba un infierno. Ambas denunciaron haber sido violadas por el policía Edwin T. C., el subteniente Alan A. y acosadas por el sargento Franklin C. La Defensoría del Pueblo instruyó una investigación de oficio.
C. P. contó que hace un año el policía Edwin T. C. entró a su celda, le tapó la boca, la amenazó y consumó la violación. No fue la única vez, sino que tuvo que soportar relaciones sexuales obligada, presionada y amenazada. “Es muy denigrante. A veces uno cree que nunca le va a pasar estas cosas porque son autoridades, pero ellos me hicieron todo”, y luego resultó embarazada.
El testimonio de M. R. es similar. La primera vez que fue víctima de violación estaba sola en la improvisada celda. Entraron los policías Edwin T C., Franklin C. y el subteniente Alan A. bajo la excusa de hacer una requisa.
“La primera vez (que abusaron de mí) es cuando yo estaba solita, era los días que el subteniente Alan A. llegó. (…) Los tres me hicieron desnudar y en ese momento el policía y el sargento me agarraron y el subteniente abusó de mí”, cuenta.
Los policías le recordaban de manera permanente que su palabra no tenía valor ni peso, porque era una “detenida preventiva”; por esta razón M. R. prefirió callar; los vejámenes continuaron durante tres meses, solo le salvó salir de la carceleta.
“Siempre actuaban de noche, entraban a medianoche, los que siempre hacían guardia eran Edwin T. C. y Franklin C.”, recuerda, aunque se opuso en varias oportunidades, los policías ejercían violencia en grupo. El primero que abusó de ella terminó pidiendo su cambio, pero las agresiones sexuales de los otros policías no cesaron.
R. M. también llegó a esa carceleta en calidad de detenida, compartió celda con C. P., no lograron abusar de ella, pero denunció acoso sexual de los policías, en particular de Edwin T. C. y Franklin C., porque en dos oportunidades se entraron a su celda, “siempre me acosaban”, comenta. “Una noche yo estaba echada, escuche la reja y cuando me di cuenta el policía Edwin T. C. ya estaba encima mío y grite, pero me tapó la boca”, relata la mujer; reconoce que C. P. le ayudó para que no abusen de ella, en un acto de solidaridad para que no viva lo que ella ya había pasado. Pero fue testigo del abuso permanente al que sometían a su compañera de celda C. P. “Ese policía Edwin T. C. le hacía sacar a la fuerza a ella, yo le escuchaba entrar llorando”, dice.
La carceleta es pequeña, las mujeres apenas tienen un cuarto donde había una sola cama, los hombres están en otro bloque; cuentan con un solo baño para hombres y mujeres, por lo tanto, tienen horarios para ingresar.
Las tres mujeres recuerdan como una “situación muy dolorosa” la que vivieron en la carceleta de Reyes. M. R. hace un año salió de ese penal, pero “es una experiencia que jamás se puede olvidar. Ya es un año que salí, pero para mí es como si hubiera pasado ayer”. Cuando ingresaron temían a los internos, pero no pensaron que serían los policías los que iban a violar sus derechos.
La delegada Defensorial del Beni, Yolanda Melgar, visitó las oficinas de la Fuerza Especial de Lucha contra el Crimen para sostener una entrevista con la ciudadana brasileña, que la pasada semana denunció haber sido abusada sexualmente por policías. “Tiene una gran afectación emocional y mucho miedo por lo que habría ocurrido y por las amenazas que recibe”, dijo.
Fuente: paginasiete.bo
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