El 60 por ciento de los estudiantes de la Universidad Autónoma Juan Misael Saracho (UAJMS) elige una carrera por expectativa económica y no por vocación. Esta situación conlleva a una serie de consecuencias que afectan principalmente a los universitarios, o en todo caso a los ya graduados.
Una de las complicaciones encontradas tiene que ver con el desempleo posterior, la deserción universitaria, o simplemente con la frustración de no ejercer la carrera para la que fueron formados.
El vicerrector de la UAJMS, Ricardo Colpari, explicó que la demanda de carreras está en función a lo que pueden ganar cuando egresen y trabajen, además de la salida laboral. Un ejemplo de ello es que cuando Tarija atravesó el boom de la construcción, la que más estudiantes acogía era Ingeniería Civil, pero como hubo una paralización de edificaciones y grandes obras, también hubo un bajón en la demanda de profesionales en comparación a anteriores años.
“Uno ingresa a una carrera porque a veces se tiene una salida con trabajo garantizado, pero se deja de lado un principio elemental como la vocación, que como consecuencia se tiene una frustración-comentó la autoridad- Puede haber una buena salida laboral, pero no tienen las aptitudes, las vocaciones, las destrezas, las habilidades, los valores para dedicarse a estudiar o ejercer la profesión como tal”.
Prueba de ello es que existen carreras con alta demanda, pero la tasa de graduación está en un 40 por ciento. Eso significa que el restante porcentaje abandonan o están muy rezagados en sus estudios, entonces no solo se genera una frustración para el estudiante, sino también para la familia que lo estaba apoyando, pero también para la institución que invirtió recursos para la formación de una persona.
Es así que está en proceso de consolidación de una Unidad de Orientación Vocacional, una instancia que trabaje con los futuros bachilleres en los colegios. Sin embargo, el tema de recursos económicos es una problemática para la Universidad, porque será una actividad que está al margen de la mecánica institucional que se tiene. Sin embargo, saben que es necesario hacerlo para mejorar la tasa de graduación y en sí la sociedad misma.
El análisis hecho, ya desde gestiones pasadas, por la Federación Universitaria de Docentes (FUD), a través de su ejecutivo Efraín Torrejón, es que el mantener al estudiante en la universidad implica hacer esfuerzos; el primero es dar bien la cátedra, desarrollar de manera óptima las clases porque eso es lo principal que ve el estudiante.
El dirigente también considera que si sus colegas no satisfacen con su enseñanza a los universitarios, empieza una desmotivación. Por ello la actualización y cursos de postgrado son importantes.
En cuanto a los bachilleres que no pueden aprobar el examen de ingreso a la UAJMS y los que sí logran pero luego desertan, el director departamental de Educación, Eudal Tejerina, sostiene que tiene que haber un criterio y articulación entre ambas niveles de educación, el secundario y el superior, que sea una transición armónica y no traumática para el estudiante.
El funcionario explicó que tanto el nivel inicial, primario y secundario, hicieron varias adecuaciones y ajustes dentro de los contenidos y lo que es el modelo educativo. Sin embargo, la Universidad no tuvo un desarrollo adecuado en cuanto a ajustes en opciones formativas. Por lo cual es necesario trabajar de manera conjunta para cerrar esa brecha.
La UAJMS registró una disminución de estudiantes
Según el vicerrector de la Universidad Autónoma Juan Misael Saracho (UAJMS), Ricardo Colpari, en este 2018 se registró una disminución de entre un 5 y 10 por ciento de estudiantes nuevos. Considera que hay varios factores para que se haya dado esta situación en la estatal tarijeña; una es la competencia de otras universidades privadas, la expectativa de salida laboral y los exámenes de ingreso fueron más exigentes, porque se trata de mejorar la educación de manera cualitativa.
ElPaís
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