Trifón Pari Arias fue sentenciado a 30 años de cárcel, sin derecho a indulto, por el delito de infanticidio de un niño de casi tres años, hecho que ocurrió en Yapacaní el 29 de enero de este año y que causó conmoción en el país.
El fallo fue emitido por la jueza cautelar María Luisa Saavedra durante una audiencia celebrada en instalaciones de la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia (Felcv), después que el sujeto, que era padrastro del menor, aceptara un procedimiento abreviado declarándose culpable.
La fiscal Matilde Vaca aceptó el procedimiento y presentó el acuerdo ante la jueza para liquidar el proceso en una audiencia y dejar sin efecto el tradicional juicio oral.
De acuerdo con un informe de la viceministra de Igualdad de Oportunidades, Estefanía Morales, el Ministerio Público le informó que hasta el 21 de enero se habían registrado 7 infanticidios a escala nacional, por lo que con el crimen en Yapacaní la cifra cambió a 8 asesinatos de niños.
Cuando la jueza dictó el fallo, le preguntó al imputado si se declaraba autor del delito de infanticidio y si aceptaba el procedimiento abreviado. El sentenciado se puso de pie y respondió que sí, reconociendo así que él provocó la muerte del niño, que tenía su hígado dañado por un golpe.
A la audiencia asistió la madre del niño. Ella escuchó atentamente a la jueza y cuando fue sentenciado la mujer derramó lágrimas. Al final, manifestó que se hizo justicia, pero recordó que su hijo está muerto y que nunca lo recuperará.
La fiscal Vaca explicó que todas las pesquisas apuntaban claramente a Trifón como el único autor de la muerte, por causarle una grave herida en el cuerpo, dejarlo en un hospital para escapar y refugiarse en Cochabamba.
Descansaba muy confiado
El director de la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia (Felcv), Ramiro Pérez, aseguró que el infanticida fue detenido merced a una acción rápida de la Policía de Santa Cruz, en coordinación con Cochabamba.
Un teniente encargado del caso aseguró que tras la muerte del niño y la sospecha de que el responsable era el padrastro, se inició un rastreo de llamadas telefónicas y se identificó el árbol genealógico del sujeto.
Fue así que se ubicó que estaba en la casa de sus padres, a cinco horas de viaje desde Cochabamba. “Lo hallamos en esa casa, descansaba muy confiadamente y lo detuvimos para trasladarlo hasta Santa Cruz”, dijo Pérez.
Finales violentos
Los casos que son parte de los ocho infanticidios sucedidos hasta la fecha provocaron dolor a familias de Santa Cruz, La Paz, Oruro y Tarija, donde los casos ocurrieron.
Por ejemplo, en Oruro una niña de 7 años fue decapitada por su madre, que luego se quitó la vida, debido a problemas económicos. En La Paz, una menor de 4 años fue asfixiada por su madre y en Tarija la criminal fingió que la pequeña desapareció, cuando ella la había matado a golpes.
ELDeber
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